Valorando lo que Realmente Importa
Por: Óscar González Ortíz
Estamos viviendo momentos históricos, la pandemia obligó a repensar las prioridades, valorando lo que realmente importa: la salud, comunidad y solidaridad. Mientras terminamos de esforzarnos por superar este reto sanitario, enfrentamos crisis ecológicas que se agudizan cada día más, con desastres naturales que recuerdan la fragilidad del planeta. A esto se suma la economía inestable, donde el dólar galopante parece ser un monstruo que no puede ser controlado.
Las dificultades son múltiples, complejas, los sabotajes y boicots se convierten en obstáculos constantes para el avance del país; en medio de la tempestad, también estamos rodeados por guerras que estallan en diferentes rincones del mundo y en el ámbito digital. Las redes sociales, lejos de ser espacios de conexión y diálogo, a menudo se convierten en campos de batalla donde se libran guerras de desinformación orientadas a la polarización. Ante esta realidad, es crucial que como venezolanos orientemos energías hacia la creación de síntesis poderosas que combinen originalidad con las realidades concretas de quienes forman el tejido social: buhoneros, campesinos, militares, adultos mayores, niños y adolescentes, trabajadores, motorizados, y habitantes de los barrios.
Es esencial reconocer que cada uno de estos grupos enfrenta sus propias luchas diarias, todos ellos son actores fundamentales en esta narrativa. Los buhoneros, por ejemplo, muestran resistencia y creatividad; su capacidad para adaptarse y sobrevivir en medio de la adversidad es admirable. Los campesinos, guardianes de las tradiciones agrícolas, son quienes con su esfuerzo incansable alimentan al país. Los militares, por su parte, tienen el deber de proteger la soberanía nacional en tiempos inciertos. En este mosaico humano también encontramos a los adultos mayores testigos de innumerables cambios con una sabiduría invaluable; los niños y adolescentes, quienes representan el presente y futuro, llevan consigo la chispa de la energía.
El arduo camino de la construcción nacional
Afrontar estos desafíos requiere un esfuerzo conjunto enfocado en acciones sociales que despierten creatividad colectiva. Es hora de fomentar espacios donde promovamos la producción local y el desarrollo sostenible. La colaboración entre diferentes sectores es fundamental, unidos podemos idear soluciones que aborden las necesidades apremiantes del momento. Desde talleres comunitarios hasta iniciativas artísticas que resalten el valor del trabajo en equipo y diversidad cultural, cada acción cuenta. La historia enseña que las crisis son oportunidades disfrazadas, momentos propicios para reinventarnos encontrando nuevas formas de ser.
Superadas las adversidades enfrentadas, hoy tenemos el potencial para forjar caminos hacia adelante llenos de esperanzas, con determinación y unidad; transformemos las dificultades actuales en motor para el desarrollo social. En este viaje hacia el futuro, cada voz cuenta, cada contribución es valiosa.
A lo largo de la historia, Venezuela fue forjada por liderazgos emblemáticos que dejaron huellas indelebles en el corazón del pueblo. Desde el idealismo revolucionario de Francisco de Miranda, quien soñó con una América unida y libre, hasta la tenacidad de Simón Bolívar, el Libertador que se convirtió en faro de esperanza para generaciones enteras. Cada uno de estos líderes, como Antonio José de Sucre y José Antonio Páez y tantos otros, aportaron su sólido eslabón en la construcción de una nación que se levantaba frente a las adversidades. A ellos se suma Ezequiel Zamora, cuyo legado recuerda la importancia de la lucha por la justicia social y los derechos del campesinado.
En cada momento histórico, la lealtad tiene que constituirse en el hilo conductor que teja historia. La famosa frase «la lealtad es el camino más corto entre dos corazones» es importante en los tiempos actuales. Hoy, en estos nuevos capítulos que toca vivir, debemos recordar que esa lealtad no sólo se dirige hacia las figuras históricas, también hay que orientarla hacia los compatriotas, nosotros mismos y futuras generaciones.
La historia enseña que cada época trae consigo retos y oportunidades. En este contexto contemporáneo, enfrentamos crisis sociales, económicas y ambientales, es fundamental recordar que somos herederos de un legado vibrante. Así como Chávez inspiró a muchos a creer en un país más justo, hoy tenemos la responsabilidad de continuar su obra con acciones concretas y significativas. Por ello, construyamos ese camino al andar, no esperemos a que otros lo hagan por nosotros.
Es momento de unir voces y talentos para generar un desarrollo real en las comunidades. La creatividad es la mejor aliada para enfrentar los desafíos actuales; desde iniciativas comunitarias hasta proyectos artísticos que reflejen la identidad cultural. Al hacerlo, honramos la memoria de quienes lucharon por nuestra libertad, también sembramos semillas del cambio en el presente. Cada pequeño paso cuenta en la construcción del futuro que anhelamos. Caminemos unidos, fortalezcamos los lazos creando puentes hacia el mañana donde todos podamos vivir en paz. La historia no se detiene, está en constante movimiento y evolución; por tanto, hagamos eco de las enseñanzas del pasado mientras trazamos el destino. En este viaje colectivo hacia la transformación social, también recordemos siempre que la lealtad une e impulsa a seguir adelante con determinación.