Navegar por aguas turbulenta
Oscar Humberto González Ortiz
El llamado dólar paralelo diariamente
se eleva a pasos agigantados, haciendo que la vida cotidiana sea un desafío
constante para muchos. Esta particularidad, habitual en la economía de varios
países latinoamericanos, afecta los precios de productos básicos, alimentos y
medicinas, influyendo directamente en el acceso a servicios esenciales como la
salud.
En este escenario de incertidumbre,
el mencionado dólar prácticamente cada día asciende, mientras las familias realizan
enormes esfuerzos por ubicar servicios a precios accesibles. Esta situación se
complica más ante el sabotaje de la planta de gas en el oriente del país, hecho
que dejó a muchas comunidades con acceso limitado a este recurso; las bombonas
de gas, que antes era fácil de recargar, son objeto de bachaqueo y
especulación.
En medio de esta tormenta económica y
social, Rosamaría enfrenta sus propias batallas, esperando fecha para que le
planifiquen la cesárea en el centro asistencial de la comunidad. Ella está presentando desde unos cuantos días
placenta previa, por lo que, a medida que avanza el tiempo, su estado es más
delicado; la presión del contexto externo se intensifica, mientras
sangra y lidia con problemas de tensión. La fecha programada para la
cesárea es un rayo de esperanza que contrasta con la oscuridad que la rodea.
Emprendiendo la marcha
El relato de Rosamaría, es una
historia de resistencia personal que refleja las luchas de muchas mujeres que
navegan por aguas turbulentas, desarrollando sus fortalezas ante el sufrimiento
emocional que prueba el espíritu humano frente a las adversidades abrumadoras;
en este sentido, cada día recuerda el caos social, donde las historias
individuales llenas de determinación luchan por sobrevivir y traer vida al
mundo, en medio de desasosiegos.
Superando desafíos que parecían
insuperables, ella se embarca en un viaje con sus padres hacia la ciudad de
Caracas, en la búsqueda de atención médica, esperanza y fe, en tiempos de
incertidumbre. Con la ayuda de los médicos y el apoyo incondicional de sus
padres, coordinan el vehículo que les permite llegar al centro asistencial,
escenario que entrelazó esta historia de vida y lucha.
Con exámenes en mano y fe
inquebrantable en Dios, el viaje se transformó en experiencia emocional, cada
kilómetro recorrido recordaba el sacrificio para asistir a consulta de control
que providencialmente coincidió con la decisión de realizar la cesárea, momento
considerado nada casual: dos días después de descender el Espíritu de la
Navidad, en la víspera de la celebración del nacimiento de Jesús y a ocho días
del año nuevo 2025.
Esta ocasión coincide también con la
celebración del Día Nacional de las Raíces, festividad que honra las
tradiciones culturales y el legado ancestral. En este contexto, el nacimiento
de Bien Nacida representó la llegada al mundo de una hermosa niña con lo que
renace la esperanza y alegría en una familia que enfrentó diversas
adversidades.
Este acontecimiento familiar celebra
un nuevo capítulo con gratitud, conscientes de que cada vida trae consigo un
legado único en medio de desafíos. La llegada de esta niña señala la esperanza,
su existencia es testimonio viviente de fe, invitando a todos a abrazar las
raíces culturales que nos unen, celebrando cada triunfo en el camino hacia
adelante.
Bien nacida, con su espíritu
indomable, superó el desafío que represento su llegada al mundo a través de una
cesárea; sin embargo, la vida le tenía preparado un nuevo reto: los resultados
de un examen de sangre revelaron que ciertos parámetros estaban fuera de los
valores normales. Esta situación condujo a una estancia adicional de ocho días
en el centro asistencial, donde el amor y la dedicación de su abuela, madre y
el comprometido equipo médico se convirtieron en su mejor medicina.
Nació el 23 de diciembre a las 3:08 p.m.,
un momento que se siente casi mágico, como si el universo maniobrara para darle
la bienvenida justo antes de la celebración del nacimiento de Jesús. La fecha
no es coincidencia, dos días después del Espíritu de la Navidad, su llegada
evoca el renacer. El 30 de diciembre a las 12 m., Bien Nacida fue dada de alta,
justo un día antes de despedir el año 2024; este momento marca su entrada al
hogar familiar, como también el comienzo de un nuevo capítulo lleno de posibilidades.
En esta circunstancia, es imposible
no reflexionar sobre lo especial que resulta nacer en una época tan
significativa, en la que la humanidad celebra el amor y la unidad. Agradecida
por cada instante vivido en el hospital, Bien Nacida sintió la importancia del
apoyo incondicional que recibió. Cuando miro hacia atrás en esos días de
incertidumbre, entiendo que cada abrazo y cada palabra de aliento fueron hilos
que tejieron fortaleza.
En este nuevo año, Bien Nacida lleva
consigo la historia de su lucha y recuperación, como también un mensaje
esperanzador para todos aquellos que enfrentan sus propios desafíos. Su vida es
recordatorio palpable de que cada final es también un nuevo comienzo y que, a
veces, las circunstancias más difíciles pueden llevarnos a los momentos más significativos.
Con cada latido en su pequeño corazón, ella
invita a celebrar la vida y el poder del amor en la existencia cotidiana.