Haz Que Cada Día Cuente… Paso Pelao
Por: Óscar Humberto González Ortíz
“Paso pelao”, expresión que suena
extraña a oídos foráneos, encapsulando una comunidad de vivencias en el estado
Guárico. Este curioso nombre, refleja un momento específico en el tiempo como
la esencia del esfuerzo de sus habitantes, quienes se convierten en símbolo de
pertenencia, evocando imágenes de un pasado reciente que aún vive en el
recuerdo de la actualidad. En este contexto, las palabras trascienden su
significado literal convirtiéndose en portadoras de cultura, invitándonos a
explorar las raíces más allá de la población de Cantagallo.
Se trata de una hermosa comunidad del
municipio Juan Germán Roscio, donde tuvimos la fortuna de conocer a
Benigna, mujer carismática conocedora de
historias. Ella extendió cordial invitación para visitar el sector San José del
Paso, lugar que los habitantes cariñosamente conocen como Paso Pelao.
Este pintoresco lugar destaca por la
calidez de su gente, quienes con gusto compartieron vivencias al recibirnos,
haciéndonos sentir como parte de la familia desde el primer instante. Mientras
empleábamos las sillas para sentarnos en el patio de bolas criollas, al lado de
la gallera muy cerca de la plaza Bolívar, los adultos mayores comenzaron a
narrar anécdotas de tiempos pasados, momentos que reflejan el espíritu que los
caracteriza. Cada relato fue una ventana a espacios donde la comunidad se une
para enfrentar adversidades y celebrar logros.
Conectamos rápidamente con los
jóvenes, quienes también tenían sus propias historias; a medida que avanzaba la
mañana, el ambiente se llenó de emociones uniéndonos entre cantos, cuentos y
juegos dinámicos de números como colores que hicieron que todos participaran,
independientemente de su edad.
A través de estas actividades,
logramos sentirnos como en casa, rodeados de personas que valoran la conexión
humana por encima de todo, así fue como Paso Pelao mostró que la verdadera
riqueza de la comunidad radica en su gente. Benigna y el grupo de personas
enseñaron que el sitio fue el
escenario perfecto para conectar con la comunidad.
En esta jornada,
entregamos dispositivos auditivos a dos personas que enfrentaban retos
significativos en su vida diaria; la primera fue la Sra. Marisela, mujer de 47
años que, además de sus problemas de audición, es muda. Su alegría recibiendo
el dispositivo fue indescriptible; el segundo fue para Federico, hombre de 50
años con dificultades auditivas similares. Ambos ahora cuentan con una
herramienta que les facilitará la comunicación
permitiéndoles participar más plenamente en su entorno.
La diversión no
tardó en llegar, tres jóvenes entusiastas se unieron a nuestro equipo para
jugar “la papa pelada”, dinámica que
generó emoción, motivado a que tres balones de fútbol constituían el premio; el
juego se intensificó culminando con victoria del equipo local, lo que desató
una celebración llena de alegría. Finalizado el juego, entregamos los balones
al entrenador deportivo del equipo como símbolo del esfuerzo colectivo, y al
joven que resultó ganador también se le proporcionó un balón. Este gesto
fomentará el deporte en la comunidad, reforzando la importancia del trabajo en
equipo como el apoyo mutuo.
A continuación,
organizamos una actividad especial para los adultos mayores, donde se entregó
un balón de baloncesto que simbolizó tanto la diversión como el ejercicio
físico. Seguidamente, a un niño con condiciones especiales le fue entregado un
balón de fútbol; su felicidad fue contagiosa llenándonos el corazón de alegría.
Después de estas emotivas entregas, Benigna y la doctora del Consultorio
Popular recibieron insumos y medicinas recolectadas gracias a la generosa
colaboración de todos ustedes.
El día finalizó lleno de
expectativas con un recorrido por la
comunidad, donde cada vivienda guardaba
historias y rostros que esperaban ser escuchados; la primera parada nos llevó a
conocer a Mercedes, adulto mayor que, a pesar de las adversidades, mantenía una
sonrisa radiante. Al frente de su hogar, encontramos a Eladia, quien estaba
esperándonos para recibir un dispositivo auditivo; su felicidad fue palpable,
iluminó el ambiente con su alegría contagiosa. Este momento representó la
apertura de un nuevo espacio de comunicación y conexión para ella.
A medida que
continuamos el recorrido casa por casa, encontramos a José, Bartolo, Epifanio y
José Rafael; cada uno de ellos, es un adulto mayor con historias únicas y
particularidades de salud que los hacen especiales. Escuchar sus relatos fue
una lección de vida, sus experiencias están impregnadas de esperanzas. Sin
embargo, el encuentro con Alejandra dejó huella más profunda en el corazón, su
situación es compleja y llena de desafíos; se siente atrapada en un ciclo del
que anhela salir.
Decidimos que su caso merece atención especial y un enfoque más detallado en futuras visitas. Con el peso del caso de Alejandra en nuestras mentes, llegó el momento de despedirnos, pero no sin antes dejar la promesa: regresar pronto. Algunas personas de la comunidad quedaron en deuda con la Fundación, con un sancocho de gallina que quedó a la espera y una sopa de quinchonchos con ocumo que promete sabor, acompañado de un juego de bolas criollas. Esta promesa representa un regreso físico y un compromiso emocional con aquellos que conocimos.
Así,
partimos con la ilusión de volver a conectar y seguir construyendo lazos
sólidos en esta comunidad vibrante y llena de vida. Cada encuentro es un paso
hacia adelante en la misión de ser diferencia significativa en la vida de
quienes nos rodean. Somos lo que dejamos
en el corazón de las personas.