La clase contaba con 32 estudiantes divididos en grupos. Siguiendo las instrucciones dadas, la propia docente procedió a quitar el precinto del alcohol y a triturar el alcanfor.
Relata el reporte que en el atomizador se vertió 120 c.c de alcohol y se agregó el alcanfor. Durante la clase, la docente aclaró que no era para colocarlo en la piel, ni mucho menos para ingerir.
El trabajo grupal dentro del aula se desarrolló con toda normalidad, Hasta que ingresó alguien al salón para notificar que estudiantes de los salones cercanos presentaban reacciones alérgicas.
Autoridades del plantel explicaron al profesor Elías Zurita que el aula, por su condición de laboratorio, tal como lo exige la norma, tiene ventilación y ventiladores para refrescar internamente.
En el ambiente se esparció el olor a alcanfor lo cual generó los síntomas mencionados en algunos estudiantes. Ante esta situación la docente detuvo la fabricación del repelente casero y guardó los materiales.
Autoridades del plantel tomaron la decisión de trasladar a los 22 jóvenes afectados hasta el hospital.
Tantos las autoridades de salud y educación como familiares de los adolescentes, pidieron no distorsionar los hechos, aclarando que no se trata de ninguna intoxicación ni de ningún reto viral.
Orlando Medina Bencomo CNP 26637