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Inspiración o Destrucción:

Palabras que Crean Destinos

Por: Deisy Viana


¡No sirves para nada! era la frase que constantemente una madre le repetía a su hijo, mientras que otra diariamente le recordaba al suyo: ¡Eres un ser valioso lleno de talentos! Déjame contarte que el primer niño adquirió una conducta desviada, su baja autoestima le hizo presa fácil de factores negativos que lo captaron para sus prácticas delictivas, culminó su vida hullendo, atrapado en los vicios, sintiéndose un "don nadie" que no merecía vivir, se hizo transformó en un problema social. 

El otro niño desarrolló habilidades en diversas áreas, al crecer formó un hogar funcional y logró transmitir la carga de valores reforzada por las palabras de su madre a sus hijos, es una persona útil para la sociedad. 

Como estas historias, son muchos los casos que se pueden citar donde se evidencia la manera en que las palabras tienen el poder de forjar destinos.Las palabras son la herramienta más poderosas que poseemos, capaces de construir imperios o destruir almas. Sería bueno responder ¿qué se esconde detrás de ellas?

En nuestra vida cotidiana, a menudo subestimamos el impacto que tienen nuestras palabras. Sin embargo, desde una perspectiva social, psicológica y sociológica, el poder del lenguaje es innegable. Las palabras pueden influenciar, manipular, motivar, humillar, inspirar o maltratar, y su efecto puede ser tan profundo como duradero.

En el ámbito social, las palabras son el vehículo principal de la comunicación humana. A través de ellas, transmitimos ideas, emociones y valores. Un discurso inspirador puede movilizar a multitudes, mientras que un comentario despectivo puede destruir la autoestima de una persona. 

Las palabras tienen el poder de unir comunidades o de sembrar discordia. En la era digital, donde las redes sociales amplifican las voces, es crucial ser conscientes del impacto que esas palabras pueden tener en nuestra vida 

Desde el punto de vista psicológico, las palabras que nos decimos a nosotros mismos y a los demás pueden moldear nuestra percepción de la realidad. El diálogo interno negativo o pesimista puede llevar a la ansiedad y la depresión, mientras que las afirmaciones positivas pueden fortalecer nuestra resiliencia y autoestima. Las palabras pueden ser herramientas de motivación y superación personal, pero también pueden ser armas de manipulación y control emocional. El meollo del asunto está en aprender a comprender el mensaje real que se oculta detrás de las palabras del otro para que no te afecten emocionalmente y más allá de esto, las intenciones que le impulsan.

Sociológicamente, el lenguaje refleja y refuerza las estructuras de poder y las normas culturales. Las palabras pueden perpetuar estereotipos y desigualdades, o pueden ser utilizadas para desafiar y cambiar el status quo. Un vocabulario pacificador enmarcado en la empatía, el respeto y la aceptación de las diferencias de pensamiento resulta edificante y significativo, útil para el desarrollo desde lo individual a lo social. En contraste, el discurso de odio que busca deshumanizar y marginar a otros, perpetuando la violencia y la discriminación, puede propiciar graves conflictos y daños irreparables.

Detrás de las palabras se ocultan las intenciones, sean buenas o malas y la ignorancia. En conclusión, las palabras tienen un poder inmenso y debemos usarlas con responsabilidad y empatía, además de mantener la conciencia activa para no caer en las trampas de las palabras malintencionadas cuyos fines son perversos. 

La Biblia también aborda el poder de las palabras. En Proverbios 18:21, se dice: "La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos". Este versículo destaca cómo nuestras palabras pueden tener consecuencias significativas, tanto positivas como negativas. Santiago 3:5-6 compara la lengua con un fuego, capaz de causar gran destrucción si no se controla. Estas enseñanzas subrayan la importancia de usar nuestras palabras con sabiduría y compasión. 

Todos hemos recibido el poder de las palabras, cada quien decide si las usa para inspirar o destruir, déjame contarte que ya yo decidí ¿y tú?

@dejamecontarte1

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