El Maestro Mediocrin
Por: Deisy Viana
Déjame Contarte que hace mucho tiempo, en la apacible nación de "Cotidianidad", existía un ser llamado "Mediocrin". A simple vista, parecía un ciudadano más, pero su actitud mediocre afectaba a todos a su alrededor. Mediocrin se quejaba constantemente, veía lo negativo en todo, nunca se esforzaba por mejorar y tampoco terminaba lo que comenzaba.
En Cotidianidad, la gente vivía en armonía, pero la presencia de Mediocrin comenzó a cambiarlo todo. Su negativismo se propagó como una sombra, oscureciendo los corazones de los demás.
Un día, los ciudadanos se reunieron en la "Plaza de la Reflexión". Allí, compartieron sus experiencias con Mediocrin y cómo su mediocridad afectaba sus vidas. Decidieron que debían aprender de él, no para ser mediocres, sino para evitar caer en esa trampa.
Así comenzó el Gran Aprendizaje. Cada día, los habitantes de Cotidianidad observaban a Mediocrin y tomaban notas. Aprendieron a no quejarse sin razón, a encontrar la belleza en lo cotidiano y a esforzarse por ser mejores. Mediocrin, sin darse cuenta, se convirtió en su maestro involuntario.
Con el tiempo, algo sorprendente ocurrió. Mediocrin se dió cuenta de que estaba ciego y que la realidad era otra, él solo obtenía las consecuencias de sus acciones e inacciones. Entonces, sus quejas se transformaron en preguntas: ¿Por qué ustedes no son como yo?", ""¿Por qué tienen más éxito que yo?". Fue cuando abrió los ojos, se volvió consciente de su mediocridad y buscó maneras de superarla.
La moraleja de esta historia es clara: la mediocridad, incluso cuando parece perjudicial, puede ser una maestra sabia. Pero, necesitamos enfrentarla para crecer. "Cotidianidad" floreció nuevamente, y Mediocrin, sin saberlo, se convirtió en un maestro para todos.
Así, en la nación de Cotidianidad, la mediocridad dejó de ser una maldición y se convirtió en una oportunidad para la superación. Y Mediocrin, con su actitud transformada, demostró que incluso los mediocres pueden enseñarnos valiosas lecciones.
Tal vez tú también vives en un lugar como "Cotidianidad" y te llena de impotencia ver cómo la mediocridad hace de las suyas causando daños en la sociedad en todos sus ámbitos, contagiando negatividad, causando daño sin temor a perder el afecto de nadie, sin escrúpulos ante sus excusas constantes, siempre buscando a quien culpar por sus fracasos. Resaltando lo malo y obviando lo positivo con sus quejas permanentes, porque siente que todo es producto de su mala suerte y cree que el mundo le debe algo, lo peor de todo es que sufre resentimiento ante el éxito ajeno.
Escrito está "El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos", cuando en tu cotidianidad te encuentres con cualquier "Mediocrin" cuídate de caer en la trampa de su negativismo y la victimización, porque "el sabio ve el mal y se aparta", mejor asume una actitud resiliente y aprende de su mediocridad para crecer, impactar positivamente y no conformarte con lo ordinario.
La excelencia está al alcance de quienes se esfuerzan y aprenden de las lecciones de la vida, no de los parásitos sociales, que prefieren quedarse a esperar que todo les caiga del cielo, que con su ceguera, actitud conformista y lengua cizañosa son capaces de quedarse atrapados en una vida estancada sin importarles contagiar a una sociedad entera con tan grave mal.