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Entre primera y segunda, a qué base correr enfrentando los desafíos

Oscar Humberto González Ortiz

Desde los antiguos médicos griegos como Hipócrates, considerado el padre de la Medicina moderna, hasta los innovadores actuales que enfrentan desafíos sin precedentes, la labor médica ha sido un faro de esperanza en medio de situaciones difíciles.

La vida presenta diariamente constantes retos que ponen a prueba nuestra fortaleza emocional y física. En fecha reciente escribí el artículo: «Un familiar enfermo, montaña rusa de emociones y desafíos». Es el relato por el que pasó una amiga que enfrentaba una urgencia familiar con su hermana, lo cual orientó mi reflexión sobre la fragilidad del sistema de salud y lo importante de apoyarnos mutuamente en tiempos difíciles. 

Por otro lado, en este segundo relato, expresaré cómo un accidente repentino —Dios nos libre de todo mal y peligro—, lo puedes sufrir tú, él, ellos, nosotros, yo, aquéllos; cualquier persona en segundos ve cambiar drásticamente su vida, ya que la incertidumbre forma parte del día a día, por lo que valoremos cada momento. Hoy estamos sanos, mañana no sabemos.

La vida en oportunidades da sorpresas con situaciones inesperadas. Estaba jugando dominó el viernes en la noche, cuando abren la puerta abruptamente, expresando: “¡Mi mamá se cayó!”. En fracciones de segundos enfrentamos un torbellino de emociones, pensamientos, nos invade la incertidumbre y comienza a apoderarse de nosotros la preocupación, nos vemos obligados a tomar decisiones rápidas en medio de la confusión. 

En esos momentos, la narrativa cambia drásticamente, pasando de la tranquilidad del juego al caos repentino que obliga a confrontar la realidad de frente. ¿Qué sucedió? ¿A dónde la llevan? La mente asume gran oscuridad en un destello de emociones, pareciera que sufre un bloqueo… ¿ahora qué hacemos? Estos casos no es lo mismo narrarlos que vivirlos en primera persona

Invadido en esos instantes por la angustia, la mente se llena de pensamientos confusos, la historia se detiene por momentos, mientras tratas de asimilar la noticia y procesar la información que está llegando a través del celular. La voz al otro lado de la línea suena preocupada y apresurada, aumentando la inquietud, impulsándonos a encontrar respuestas urgentes.

El taxi llegó al hospital, no tienes sencillo y por la hora no pasa el pago móvil, te provoca expresarle al taxista unas cuantas palabras por la persistencia del cobro hasta que tu vecina saca el salvavidas con los dólares para superar el momento.  En medio del estrés, llegas a la emergencia del hospital, una persona solicita la documentación de la paciente, buscas desesperadamente todas las carteras y bolsillos disponibles y ves que la documentación requerida no la tienes, la prisa y tensión se mezclan, mientras intentas mantener la calma, respondiendo a las preguntas del personal médico al mismo tiempo que sostienes la conversación telefónica con el otro familiar. La urgencia de la situación hace que se sienta como si estuviera en medio de un remolino, tratando de encontrar respuestas y soluciones en dos frentes simultáneamente.

Esta caída representó desde el primer momento, un desafío emocional para la familia. La incertidumbre sobre lo sucedido fue abrumadora, con qué rapidez cambia la vida, qué frágil es la existencia humana. El impacto emocional de ver a un ser querido sufrir, lleva a reevaluar nuestras prioridades, fortalecer nuestros vínculos afectivos buscando equilibrio entre las demandas diarias y el disfrute del tiempo.

En medio de la confusión, tratando de asimilar la situación, entre “primera y segunda”, estas dos palabras resonaban en mi mente como un juego de béisbol, mientras intentaba entender el alcance de la lesión y el siguiente paso a seguir. La necesidad de la tomografía computarizada en 3D para evaluar la gravedad de la lesión era evidente, pero la falta de este equipo en el hospital obligaba a considerar el traslado a una clínica, complicándose un poco más la situación. El desconcierto se apoderó de mí mientras trataba de coordinar el traslado de la paciente. La necesidad de tomar decisiones rápidas se suma a la preocupación por entender el lenguaje médico y las implicaciones de cada paso a seguir.

Como pudimos, adelantando pasos, llegamos a la clínica para cancelar la tomografía… ¡Sorpresa, no tenemos la orden! Qué frustración, estamos atrapados en una especie de situación surrealista, como si estuviéramos inmersos en un episodio televisivo lleno de desafíos. La necesidad urgente de avanzar con el proceso chocaba con los obstáculos burocráticos, y me preguntaba quién podría ayudarme a resolver este dilema para agilizar el pago del examen médico necesario. En medio de la sensación de estar atrapado en un laberinto burocrático, buscaba desesperadamente salidas; la falta de la orden para pagar el examen médico añadía una capa adicional de complicación a una ya difícil situación.

Giro inesperado de los acontecimientos: mientras regresamos al hospital para buscar la orden pendiente y completar el pago requerido, encontramos la ausencia del conductor de la ambulancia que debía realizar el traslado. Esto agregaba complejidad a los obstáculos enfrentados, después de tener la sensación de disponer todas las piezas del rompecabezas a la mano, este inesperado obstáculo, generaba frustración y contratiempo para asegurar que la paciente recibiera la atención médica necesaria lo antes posible. 

No podía faltar el acoso monetario

En otro orden de ideas, el desafío de enfrentar los costos asociados con la atención médica para la recuperación de la salud es una realidad que afecta a los pacientes y familiares a lo largo de la historia. Desde los gastos relacionados con exámenes preoperatorios, tomografía computarizada 3D, análisis de hematología, bomba de anestesia para aliviar el dolor, clavos y equipos para el procedimiento quirúrgico, la carga financiera es abrumadora. 

Esta situación lleva a debates sobre el acceso universal a la atención médica y la necesidad de sistemas de salud que brinden apoyo integral a aquellos que enfrentan retos económicos durante momentos críticos de salud. Además de los agobios financieros, la logística y la disponibilidad de recursos también juegan un papel en el proceso de recuperación. La obtención de suministros médicos, alimentos, agua y otros elementos esenciales para el cuidado del paciente representan una tarea adicional para las familias y cuidadores. 

La necesidad de coordinar estos aspectos logísticos agrega carga adicional de complejidad y zozobra a momentos ya difíciles, pone de manifiesto la importancia de determinar sistemas de apoyo integral que aborden las necesidades médicas y las preocupaciones prácticas que surgen durante el proceso. En medio de estos desafíos, es importante reconocer el desgaste emocional y psicológico que acompaña la lucha por recuperar la salud.

La ansiedad, el estrés y la incertidumbre pueden ser compañeros constantes durante estos procesos, afectando tanto a los pacientes como a sus seres queridos. Qué importante es el apoyo emocional y psicológico durante estos momentos críticos. Evaluemos enfoques integrales que abarquen aspectos físicos, mentales y emocionales del proceso de recuperación. 

Es fundamental reconocer la valiosa contribución de los profesionales de la salud, cuyo compromiso y dedicación son pilares fundamentales en la atención médica. A lo largo de la historia, el papel de los médicos ha sido fundamental en el avance de la Medicina y la mejora de la calidad de vida de las personas. 

En momentos de crisis, como los que enfrentamos actualmente, el valor del personal médico se destaca aún más. Por ello, el agradecimiento hacia ellos debe manifestarse en palabras, y en acciones que respalden su labor. 


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