Deisy Viana /
Cuarentena: UNA
PARADOJA DE LA VIOLENCIA INFANTIL
Si ya antes de la pandemia de la
Covid-19 era difícil ser niño, niña o adolescente dispuesto a desarrollarse
como un ser biopsicosocial y espiritual con un estilo de vida saludable al
disfrutar de los derechos y garantías establecidos en las normativas y convenios
nacionales e internacionales que rigen la materia, para dar paso a la formación
en valores del hombre y la mujer nueva capaces de asumir y enfrentar los
desafíos de lo porvenir superando las consecuencias de las distintas formas de
violencia en la que estaban inmersos antes de la cuarentena.
Resulta paradójico que para
resguardar la vida del virus deban someterse a permanecer más tiempo expuestos
a maltratos provenientes de quienes deberían protegerlos, sin que se generen
acciones efectivas acordes al contexto que les toca vivir.
Según informe divulgado por la ONU,
la violencia emocional afecta a uno de cada tres niños y uno de cada cuatro
vive con una madre cuya pareja la trata con violencia, señala el informe,
entonces la violencia en las familias continúa siendo un ciclo.
Además, el mencionado informe
incluye datos sobre el homicidio infantil: y se calcula que 40 mil 150 niños en
el mundo fueron víctimas de homicidios en el año 2017, paradójicamente estos
datos pasaron desapercibidos, como pasan en las comunidades cuando el llanto y
el miedos ante los insultos, gritos, maltratos y en muchos casos tratos crueles
pasan desapercibidos sin que nadie se atreva a formular una denuncia,
haciéndose cómplices de semejante injusticia que en el transcurrir del tiempo
se verá reflejada en el incremento de los índices delictivos, embarazos a
temprana edad, abortos, abusos sexuales, homicidios y demás problemas sociales,
otro circulo vicioso a mayor escala.
✎#DéjameContarte
Todo sucedió a mediados del año 2035,
una comisión policial luego de una larga investigación logró la ubicación de
dos sujetos solicitados, quienes eran los líderes negativos de una peligrosa
banda criminal que tenía azotada la zona, los cuales habían cometido una serie
de delitos, entre ellos: tráfico de drogas, robo de vehículos, extorsión,
secuestro, asociación para delinquir, violaciones y más de dos decenas de
homicidios intencionales y calificados, incluso, un femicidio; por lo que
dichos sujetos tenían orden de aprehensión por diversos tribunales.
Mediante el seguimiento y rastreo de
llamadas telefónicas, las autoridades dieron con su lugar de ubicación,
llegaron al sitio y dieron la voz de alto, pero los delincuentes al verse
rodeados por las comisiones policiales prefirieron la resistencia y accionar
sus armas de fuego, originando el intercambio de disparos en el que resultaron
heridos ambos antisociales, mientras que otros sujetos lograron huir.
De inmediato los hombres fueron
llevados al centro de salud más cercano, uno de ellos falleció durante el
traslado, el otro aún manifestaba signos vitales, era un momento de mucha
tensión, traté de reanimarlo y mantenerlo despierto. En ese momento, era solo
un ser humano más, le pedí que resistiera que ya estábamos por llegar. Como
pudo volteó a ver a su hermano que yacía sin vida a su lado, luego me observó
con una mirada vacía y profunda, diciendo: -Hace años un virus mató mucha
gente, a nosotros también; éramos unos niños, fueron golpes, quemadas,
cicatrices, palizas sin razón, violaciones, amenazas y el miedo, así nos
quitaron la vida; lloramos, pedimos ayuda pero nadie hizo nada, nos mataron el
alma y los sentimientos.
Hasta el próximo sábado...
Una lágrima se escurrió por su mejilla y expiró.