Burdel
#Opinión
Por: Ramón Centeno
@elboligrafo
Ayer le escribí a Eduardo. También a Migdalia. Ambos gozan de vida
y salud pese al pandemónium desatado en San Juan de los Morros luego de
conocerse que una mujer de 46 y un hombre de 36 años tenían COVID-19.
El rumor lo perpetran grupos organizados. La estrategia se pone en
marcha cuando los objetivos están claramente identificados: las personas en
cuestión tienen ascendencia en la sociedad o es un tema álgido para una gran
parte de la población. Rentable o no, las lenguas o malas lenguas siempre estarán
al acecho.
Sin importar la magnitud del titingó a Migdalia Hurtado, presidenta del
Consejo Legislativo de Guárico le diagnosticaron una muerte temprana. Los
más clarividentes le auguraron no más de 72 horas de vida y aquellos un poco
más recatados de pensamiento predijeron que volvería a caminar pero no
hablaría más.
Con Eduardo Puerta, Vicepresidente del Parlamento regional y organizador
del PSUV en Guárico, fueron más lapidarios, al también médico del país lo
llevaron a terapia intensiva más de cinco veces en la semana. Entraba y salía.
Lo vio un primo mío, decían los más incautos.
Entonces, el rumor hirió a la verdad como un disparo certero al corazón:
¡pum, pum! Y los heridos fueron auxiliados por la campaña más cruenta: llegaron
hasta sus familias, aspiraciones y sueños. Se arroparon con la intimidad
de cada uno. Actos bochornosos.
No es casual, esa historia también fue protagonizada por los padres de
la primera niña diagnosticada con COVID-19 en Guárico. Esa familia recibió el
látigo del aniquilamiento moral.
Por eso, en estos momentos tan angustiantes es fundamental unir la
solidaridad, la fe y el altruimos para ayudar más y hablar menos. En la
referida región llanera el número de casos es muy bajo y la estrategia en salud
ha sido la más efectiva. Es absurdo angustiar a una población cuando se
necesita calma.
Es deber de la prensa poner esta ignominia ante los ojos de la sociedad.
Ya será responsabilidad de cada uno emplazar su lengua para que no caiga en un
burdel ambulante y nos aleje de la habladuría inútil, y nos cuide de la
vulgaridad y el bullicio que tanto nos abruma.
Por ahora, Eduardo Puerta anda leyendo en casa un compendio de Carlos
Marx y desde el celular organiza la próxima victoria de la AN. Migdalia
por su parte sigue vigilante del trabajo legislativo.
¡Vida y salud para nuestro pueblo!