Disminuye el deseo sexual
Pasar un largo tiempo sin relaciones sexuales lleva a que el organismo empiece a producir menos dopamina, un neurotransmisor encargado de activar el deseo sexual, también conocido como la hormona del placer. Esto, a su vez, crea un círculo vicioso del que sería muy difícil salir.
La abstinencia sexual también disminuye la liberación de la oxitocina, popularmente conocida como la hormona del amor, algo que también podría afectar el vínculo amoroso entre dos personas.
Debilita el sistema inmunológiсo
La vida sin sexo también es peligrosa para tu bienestar físico. Y es que la ausencia de relaciones íntimas suprime el sistema inmunológico, de modo que el cuerpo queda expuesto a infecciones, virus y bacterias.
Según investigaciones realizada por los expertos de la Universidad de Wilkes, en EE UU, tener sexo tan solo una o dos veces a la semana fortalece el sistema inmunitario, elevando hasta un 30% los niveles de inmunoglobulina.
Aumenta los niveles de estrés
Las personas que no tienen sexo regularmente suelen estar más estresadas y tener un nivel de autoestima más bajo. Durante el orgasmo, se liberan endorfinas que, a su vez, reducen la liberación de la hormona del estrés, el cortisol.
Durante un acto sexual, el estrés es capaz de causar disfunción eréctil y eyaculación precoz en los hombres y la falta de lubricación y descenso de la libido en las mujeres.
Afecta a tu función cognitiva
Según un estudio realizado por la Universidad de Maryland en 2013, la vida sexual activa estimula la neurogénesis, o la producción de nuevas neuronas, en el hipocampo.
Además de mejorar la función cognitiva y la memoria, el desarrollo del hipocampo también es capaz de prevenir enfermedades como la demencia.
Puede causar aumento de peso
Por cada 10 minutos de un acto sexual se queman alrededor de 40 calorías, algo que se puede comparar con una actividad física moderada.
Además, los cambios de ánimo causados por la ausencia de sexo pueden dar lugar a desórdenes alimenticios que, a su vez, podrían causar aumento de peso. Junto con el estilo de vida sedentario, esto puede dar lugar al desarrollo de la diabetes y enfermedades respiratorias, entre otros trastornos.