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(San Francisco de Tiznados, Estado Guárico 1763 - Cúcuta, Colombia, entre el 9 y el 10 de marzo de 1821).

FELIPE HERNÁNDEZ G.*

Abogado y político, uno de los principales ideólogos del movimiento de la independencia de Venezuela. A finales del siglo XVIII es el primer defensor de los derechos humanos y de la mujer en nuestro país. En su libro Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo (1817), escribe:
“Vea el diario empleo de sus prensas, de sus oradores y sus confesores: acérquese al despacho de su inquisidores y los hallará a todos dedicados con preferencia a la propagación y mantenimiento de las fábulas que hacen el material de mi confesión”. Es el Padre fundador de la civilidad, entendida esta como el resultado de la adecuación de la sociedad política y de la sociedad civil, no la contrapartida de una supuesta “sociedad militar”. En palabras del filósofo José Rafael Herrera (2019), “Es la eticidad… forma de vida, de costumbres, normas y valores, que una determinada sociedad se da a sí misma, y que son los fundamentos de la legitimidad de un Estado”.
Juan Germán Roscio es uno de los principales artífices de los sucesos ocurridos en Caracas el 19 de abril de 1810, incorporándose como “diputado del pueblo”. Ante la renuncia a la Capitanía General de Venezuela de Vicente Emparan y Orbe, expone: “Si el poder fue depuesto, entonces el poder regresa al pueblo”. Así nace la Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII.
Pronuncia elocuentes discursos en el Congreso Constituyente de Venezuela instalado el 2 de marzo de 1811 a favor de la emancipación, y es uno de los redactores del Acta de Independencia en julio de 1811, incluso es el autor con mayor cantidad de documentos al promulgar leyes, decretos o declaraciones que fueron escritas por él en este período. En el documento Patriotismo de Nirgua y abuso de los reyes, 1811, Juan Germán Roscio explica pedagógica, religiosa e históricamente porque no puede haber un estado pleno o feliz donde exista la monarquía, ya que estos son corruptos y viciosos. Resuelve la antigua duda diciendo que Dios no creó reyes ni emperadores, que fueron los mismos hombres que lo hicieron y que la solución para este mal es la República y “La doctrina de Jesucristo –ya que— era una declaración de los derechos del hombre y de los pueblos”.
Al caer la Primera República de Venezuela en 1812, comienza un momento difícil en la vida de Juan Germán Roscio, ya que es apresado por el realista Domingo de Monteverde y enviado con otros compañeros a las prisiones de Cádiz y Ceuta en España. El año 1817 publica en Filadelfia (Estado Unidos), El Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo o confesión de pecador arrepentido, este libro habla sobre la gran duda de la presencia de Dios en la figura del Rey de España, combate esta creencia del derecho divino hasta convencer con argumentos que el sistema republicano era compatible con la revolución en marcha, evitando una mayor crisis de conciencia.
En 1818 y luego de una serie de infortunios, se encuentra con Simón Bolívar, seguramente haciendo observaciones al borrador que luego se conocería como El discurso de Angostura, favoreciendo la reconstitución de la República de Venezuela y la liberación subsiguiente de la Nueva Granada, hoy Colombia. Apoyó activamente en la redacción del Correo del Orinoco (27/06/1818), se encargó de la dirección general de rentas y fue presidente del Congreso de Angostura, vicepresidente del departamento de Venezuela y vicepresidente de Colombia la Grande.
Fue el redactor del Acta de la Independencia, no en vano don Andrés Bello, a quien Roscio tuvo como pasante en su bufete, lo llamó “padre, maestro y defensor de la naciente libertad”Él es el padre civil de la nación venezolana.
Valle de la Pascua, domingo 30 de junio de 2019
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