El siglo XIX venezolano signado por las guerras civiles,
especialmente después de la Guerra Federal en el país proliferaron los
levantamientos, alzamientos, montoneras, asonadas, peleas y escaramuzas. Así
pues, durante los gobiernos de Juan Pablo Rojas Paúl (1888-1890), Raimundo
Andueza Palacio (1890-1892), Joaquín Crespo Torres (1892-1898) e Ignacio
Andrade (1898-1899), volvieron a proliferar los alzamientos armados en las
regiones, que encendieron el debate político.
Simón Alberto Consalvi (1999) afirma que “Venezuela fue
dominada por la agitación y la violencia durante la última década del siglo:
“Entre 1892 y 1900 se registraron seis rebeliones mayores y 437 encuentros
militares”. En estas actividades revolucionarias, miles perecieron, 80% del
ganado fue destruido y la deuda de la Nación pasó de 113 millones a 208
millones de bolívares. Esta deuda y su incremento durante la Revolución, como
las nuevas deudas de Castro, se convertirían en la fuente de innumerables
conflictos internacionales, particularmente en el bloqueo de las costas
venezolanas de 1902”.
En ese concierto se inscribe la Pelea de Jácome, no fue una
batalla, fue una escaramuza donde el gallardo general chaguaramero, Francisco “Panchito”
Belisario, derrotó al general tucupidense José Ángel “El Renco” Pacheco, en
“Cerrito Colorado”, sitio localizado en el caserío Jácome Abajo, a unos 12 kilómetros
al sureste de Valle de la Pascua.
La Pelea de Jácome fue una
de las últimas acciones bélicas ocurridas a finales del siglo XIX en el
Guárico, combate sobrevenido a entradas de agua del año 1888, a primera hora de la mañana (6:00 am) en el sitio de Cerrito
Colorado como se dijo antes, disputa admirablemente ganada por el general nacionalista
Panchito Belisario al general andradista José Ángel Pacheco, natural de
Tucupido, quien “se había hecho describir el día anterior la persona de
Belisario y la bestia que montaba”, diciendo: “Mañana
lo mato o me mata”... No contaba conque Belisario le cambiaría la seña.
Las fuentes consultadas no indican la fecha del combate, sin
embargo, hace unos 20 años aproximadamente, el Sr. Arturo Parra Torrealba
informaba que su padre, don Máximo Parra, habitante del caserío Jácome y
admirador de Belisario, les confesaba que cuando habían pasado un poco más de seis
meses de las elecciones de septiembre de 1887, Panchito descontento se alzó en
el expresado sitio, lo que permite inferir que la pelea se produjo a las
entradas de agua de 1888.
Vale señalar entre los antecedentes, que en septiembre de 1897, el
Partido Liberal Nacionalista, organizado por Alejandro Urbaneja lanzó la
candidatura presidencial de José Manuel “El Mocho” Hernández. Durante ese año,
el Mocho Hernández recorrió casi todo el territorio nacional, celebrando
mítines, y pronunciando discursos como los que había observado en los Estados
Unidos. Fue el primero en realizar un mitin político en Venezuela.
Dice la conseja popular que al general Hernández lo alumbraban en
los altares y le ponían flores en las ventanas de las casas al pasar por los
pueblos, pues, él representaba una obsesión de triunfo y cambio en el alma
nacional. De pueblo en pueblo, de caserío en caserío, arrebañando tropas
voluntarias, deslumbradas por el discurso del Mocho y, aunque no tenían
suficientes armas, los hombres entusiasmados y las mujeres prodigadas lo
seguían con devoción. En el camino, se iban armando con escopetas, tercerolas,
antiguos trabucos aparecidos como por encanto, y hasta viejas lanzas de la
Independencia, herrumbrosas eran afiladas de improviso.
La maestra Luisa Julieta Hernández, doña Antonia Álvarez y algunos
mayores nuestros, cada uno por su parte, en sus conversaciones contaban que sus
padres relataban que en Valle de la Pascua, pueblos vecinos y caseríos
profesaban verdadera devoción por el Mocho, le rezaban y hacían novenas, él
representaba la esperanza de muchas familias de esas comunidades.
Dada la intensa campaña electoral desarrollada por José Manuel
Hernández y su creciente popularidad, se daba como un hecho su triunfo en los
comicios de septiembre. No
obstante, el 1° de septiembre de 1897, día de las elecciones, el Gobierno de
Joaquín Crespo mandó a ocupar las mesas de votación e impuso posteriormente la
elección del candidato oficial Ignacio Andrade.
El Dr. Víctor Manuel Ovalles en su obra Llaneros
Auténticos (1935),
señala que en el período presidencial del Gral. Joaquín Crespo Torres (1892-1898),
después del triunfo de la revolución Legalista en octubre de 1892, el Dr. Juan
Pablo Rojas Paúl lanzó su candidatura a la presidencia de la república,
entusiasmado por el prestigio del prenombrado candidato, concurrió Panchito
Belisario a los comicios, acompañado por un numeroso grupo de sus amigos…
Crespo con la habilidad política que le distinguía, dio facultades a José
Manuel “El Mocho” Hernández para que cruzara el país de un extremo a otro en
propaganda eleccionaria, captando así el candidato nacionalista una gran
simpatía y restándole opinión a la candidatura del Dr. Rojas Paúl… Esta gira
inusitada por varios estados de la república, era una modernidad política que
excitaba... a las multitudes, siempre irreflexivas y amigas de ruido... El político
llanero [Joaquín Crespo] logró su objetivo, al debilitar con la propaganda de
El Mocho el prestigio de Rojas Paúl, aunada a la cobardía y desánimo de Rojas
Paúl que la complementaban.
Panchito Belisario y sus correligionarios recibieron la consigna,
pero no podían excederse… en la lucha electoral... Y
el Partido Turupial que representaba en la plaza de Valle de la Pascua al
elemento liberal del distrito Infante y que postulaba la candidatura de Ignacio
Andrade, desarrolló una gran actividad y energía y se dispuso a la lucha con
denuedo.
Esta lucha era contraria a la consigna recibida por Belisario, quien
tuvo que abandonar el campo poseído de indignación… Y siendo contraria a su
carácter y aspiraciones la pasividad impuesta por Rojas Paúl a sus partidarios,
Belisario tomó la firme determinación de adherirse al Nacionalismo, como en
efecto lo hizo... el prestigio del Mocho Hernández crecía cada vez más hasta
convertirse en fanatismo. “Lanzado
Belisario en pleno Nacionalismo, afrontó la lucha con decisión, y corrió todas
las... aventuras de su jefe. Fue una vida llena de angustias, sobresaltos y
peligros”.
En ese
contexto se enmarca la pelea de Jácome, V.M. Ovalles describe el encuentro y
dice: “El Renco Pacheco, un famoso lancero de la Guerra de los cinco años [La
Federación], para entrar en pelea, estratégicamente colocó a su lado a Jesús
Herrera, su espaldero de confianza, y detrás, a tres de sus mejores compañeros.
Y estos cinco hombres muy bien montados, al acercarse al enemigo formado en
plan de batalla, se lanzaron con ímpetu feroz sobre la cabeza del centro, donde
estaba un grupo de caballería y donde ellos creían que estaba Belisario. Pero
éste [llanero astuto, malicioso y desconfiado] no estaba allí, sino en
el flanco izquierdo”. Belisario “había cambiado de caballo y vestido de
blusa y alpargatas para no llamar la atención. Y cuando los cinco centauros
emprendieron la carrera, Belisario armado de un Winchester, les disparó varios
tiros. Dos de ellos cayeron antes de llegar, y Pacheco y dos compañeros
murieron entre el enemigo, lanceando y alanceados…”.
Con la muerte del
general Pacheco empezó la derrota de las tropas del gobierno, y la caballería
de Belisario persiguió a los fugitivos... En Chaguaramas Belisario tuvo una
honrosa capitulación del general ¿? García Fuentes, quien representaba al
gobierno de Ignacio Andrade.
Belisario, Jefe del partido de los Arrendajos en Valle de la Pascua
(Conservador) “fue siempre adversario de Andrade”.
Cuenta V.M. Ovalles, que en la pelea
de Jácome cayó
prisionero el general Francisco Manuitt, hijo. Un coronel de apellido Celis
quiso matarlo de un lanzazo, y Belisario se le enfrentó y le dijo: --- “Usted
ha podido matarlo en el momento de la pelea; ahora, no, porque un prisionero es
sagrado y, además, ese hombre es enemigo de los Belisario, y por nada mancharía
yo mi nombre con un crimen”. Y ordenó ponerle a Manuitt una guardia doble.
Pasada la Pelea de Jácome, Panchito
Belisario, convertido en una leyenda, era querido por todos por sus dotes de
caballero intrépido, noble y generoso, ejercía un liderazgo
militar “espontáneo” sobre aquel conglomerado mayoritariamente campesino. Era
el alma de los habitantes de Valle de la Pascua, Chaguaramas y sus vecindarios,
siempre dispuestos a seguirle en sus acciones guerreras. Ante la victoria
alcanzada, el pueblo llano, los cantantes y poetas populares hacían chistes y
bromas, improvisaban corríos y recitaban versos y coplas que pasando de
generación en generación han llegado hasta hoy, téngase entre ellos los siguientes:
- Pregúntamele
a Pacheco / sí estuvo buena la diana, / la que le dio Belisario /
a las seis de la mañana.
- Pregúntamele a Pacheco / sí
estuvo bueno el cacao, / el
que le dio Belisario / en
cerrito colorao.
El
general Pacheco cayó muerto en Cerrito Colorado, en la carretera rural Corozal-Los
Alcaravanes-Jácome Abajo (Cerrito Colorado) -Las Rositas, en una loma de tierra
arcillosa rojiza donde predomina la vegetación cactácea… frente a la finca del productor
agropecuario José Luis Álvarez. A la vera de la vía sobresale un promontorio de
piedras, y está construida una pequeña capilla con una cruz de madera dentro,
conocida con el nombre del ánima de “El Cardón”, los lugareños y personas que
transitan por el lugar, le piden favores y le encienden velas, le rezan una
oración, le dejan pequeñas monedas y otros objetos; dicen que es milagrosa…
REFERENCIAS
BRAVO, Eveling y Napoleón Franceschi. (1982): Problemas
de Historia Contemporánea de Venezuela (Revisada y aumentada).
Barcelona-España: Editores Vadell Hermanos. Talleres Gráficos de Condal
Editores, S.A. Barcelona 36. pp. 151-154.
CONSALVI, Simón Alberto. (1999): Cien
años del arribo triunfal de Cipriano Castro. El frenesí entró a Caracas con
sobrero de jipijapa. Caracas: Diario El
Nacional, domingo 24/10/1999. p. 4.
HERNÁNDEZ
G. Felipe. (2006):
Historia de Valle de la Pascua. 1725-2000. Caracas:
Tipografía de Miguel Ángel García e hijo. p. 34.
OVALLES, Víctor Manuel. (1935): Llaneros
Auténticos. Caracas: Editorial Bolívar. pp. 53-64.
SOTO ARBELÁEZ, Manuel. (2014): El General Francisco “Panchito” Belisario-Belisario
se va a la guerra (2). Caracas, 19 de febrero de 2014
SILVA,
Julio Rafael. (2012): José Manuel Hernández (a) El Mocho Hernández, en
Valencia y más allá. Especial para Gramscimanía, 12 de marzo de 2012.
VELÁSQUEZ, Ramón J.
(1973). La caída del liberalismo amarillo. Caracas: Monte Ávila.
TESTIMONIOS
- Br. Rosmel González Ramírez. Habitante de la comunidad.
Estudiante de la UNESR.
- Sr. Arturo Parra Torrealba.
- Prof. César Díaz Ledezma. Cronista, músico y poeta
vallepascuense.
*UNESR/Cronista del Municipio
Infante-Guárico // fhernandezg457@gmail.com
Valle de la Pascua, jueves, 07 de febrero de 2019.