*** Allegados
lamentan muerte de Salcedo, reconocido folclorista llanero y padre de una
numerosa Familia.
Cortesía
Lcdo.: Juan Figueroa.
VALLE DE LA PASCUA.- De
nuevo el folclor llanero está de luto al conocerse la noticia relacionada con
la muerte del folklorista y Poeta, Pedro Ramón Salcedo, considerado uno de los
nombres más importantes de la poesía popular Vallepascuense, natural del
caserío Santa Clara de Manapíre, en las inmediaciones de Santa Rita, el parque
Aguaro-Guariquito, Cabruta y el Orinoco medio, donde nació en 1935.
Siente la
inquietud de la Poesía desde muy temprana edad. Pasado un tiempo, toma la
decisión de residenciarse a su amada princesa Guariqueña Valle de la Pascua,
donde ha echado raíces sin olvidar las vivencias de aquellas inmensidades, Manapíre.
Iniciaría las
faenas de todo buen llanero y comienza
su larga trayectoria, Toda su vida fue un activo partícipe del movimiento
cultural venezolano. Labor, que entre múltiples reconocimientos le brindó la
satisfacción de ser merecedor de por su
fibra cultural humanística y dotes de caballero honorable, valores por los
cuales es recordado.
Salcedo murió en
su ley en Valle de la pascua, a los 86 años de edad en municipio Infante del Estado Guárico , este Viernes
17 de Enero del 2019, cuando Un infarto lo sorprendió en el
nosocomio de la localidad Infantina., en horas de la mañana.
En el Llano,
Salcedo, era más conocido por todas las historias que guardaba en sus recuerdos
acerca de las sabanas de Santa Rita de Manapire su tierra natal, que por el
hecho de ser padre del famosas y extraordinarias cantantes guariqueñas como lo son: Maryorys y Maricela Salcedo. Es más, sus
amigos más cercanos aseguran que solo hablaba de ellas en reuniones privadas, pese a que guardaban
una comunicación constante.
Amigo de la
bohemia local, en la que reunirse con los amigos para contarles las razones de
la cultura del fundo, la ganadería y la música, Pedro Salcedo era el sello de
lo que significaba un criollo de Santa Rita de Manapíre. Es más, su sentido
fiestero lo llevó a ser uno de los pioneros de la celebración del Festival “La
Panoja de Oro” el festival grande de Venezuela.
“Mezcló perfectamente lo teórico y lo
práctico. Su obra fue mucho más allá de la poesía popular, Sendero llano y Amor,
poemario q el ministerio de la cultura le público, y por la Fundación Editorial el perro y la
rana del Sistema Nacional de Imprentas, bautizado el viernes 16 de marzo de 2012 en los espacios de la Casa de la Cultura
“Lorenzo Rubín Zamora” de Valle de la Pascua, poemas que fueron famosos porque
con toda la experiencia y conocimiento que tenía de la cultura llanera, En su
obra se evidencia que la poesía tiene valor solo si descubre la teluridad que
brinda su experiencia en la vida campechana, puesta al servicio de su frágil
condición de ser humano con arraigados sentimientos por lo autóctono, que es lo
que siente suyo.
Dictaba cátedra
con la historia que relataba después de cada poema”, dice el Cultor Claret
Rodríguez. Quien admite que gracias a él reconoció el afianzamiento de la
cultura llanera.
Su hija,
Maricela Salcedo dijo que era una “padre, abuelo y amigo incondicional. Fue el
hombre que amó y defendió la tierra llanera hasta sus últimos días, quien
lloraba al escuchar un joropo o simplemente al referirse al trabajo de llano y
a la cultura Vallepascuense”.
Por su parte
José Luis Díaz, afamado cantante y folklorista de la localidad, expresó que con
su muerte se pierde una de las mentes que más conocía las tradiciones profundas
del Llano.
Aunque Pedro
Ramón Salcedo, se había retirado hace algunos de los eventos llaneros, para
dedicarse a su familia por entero, en oportunidades se le veía en uno que otro evento
donde la invitada de honor era nuestra música venezolana.
Su esposa Ana de
Salcedo llora en silencio su partida al igual que sus hijas Maricela, Maryorys
y samaria.
Como Homenaje Aquí
dejo un fragmento de una de sus más representativos poemas “La
brisa del morichal” escribe:
“La brisa del
morichal / suspira con las palmeras, / se mueve sobre las olas / en las lagunas
llaneras, / palpitan los pajonales / en tiempos de tolvanera, / alegra los
mastrantales / en noches de primavera...”Paz a sus Restos.