Entre el "Pone la mano" y Platillos Voladores
Por Julio Ramos
En el mundo de
la fantasía todo cabe. La potencialidad de la mente humana es increíble, durante
siglos, y al día de hoy sigue sucediendo, en la sociedad eventos que nos marca
aquello que “está bien y está mal”. Como ya se ha dicho, en la fantasía todo es
bien recibido.
La Princesa
del Llano no escapa a estas realidades; recuerdo que hace más de 40 años por
estos lares apareció el “Pone la Mano”, hombre barbudo y delgado ataviado con
una larga sotana que irradiaba santidad y suntuosidad, llegó y con él un mensaje
lleno de encantador surrealismo y pasajes bíblicos que conmocionó a todos.
Para aquella época
el pueblo era más llano inocente, y este salvador de talla delgada y blanco,
aparentemente no se lucraba por predicar pasajes bíblicos “el no cobraba”, solo
pedía a los feligreses que acudían a la Laguna del Pueblo, un aporte de 5 bolívares,
en esa época se le decía a la moneda “un cachete”, al denominado “fuerte”, recuerdo
que en esa época eran latas y latas de perolas de leche vacías que con una
apertura en la tapa tipo alcancía se llenaban en las interminables colas.
Así pasó el
tiempo y el iluminado desapareció, no sin antes dejar unas mujeres embarazadas
victimas de ese contacto carnal entre este mensajero de Dios, y sus seguidoras,
todavía recuerdo que mi querida y recordada abuela Isabel Suarez, que en Paz
descanse dormía con una foto de este iluminado, le prendía velas, la foto la colocaba
en su vaso de agua, para el siguiente día tomársela, siendo esto para ella un
acto religioso que calmaba sus dolencias, esto duro hasta el día que se enteró de
las travesuras de este personaje, en el acto rompió su foto y la botó, a partir
de allí no se supo ni escuche más de el “Iluminado”, después de saciar sus deseos carnales, se volvió polvo cósmico.
Pasaron los
años y nuevamente un evento estremeció la opinión pública del pueblo, esta vez sería
una potente Centella que cayó del cielo, ante un estremecedor aguacero. si mal no
recuerdo sucedió en Minas de Arena, recuerdo que la Centella partió un árbol, y
de allí comenzó la historia ya que presuntamente quedó expuesta la imagen de
una virgen, (los creyentes la bautizaron como la virgen de las Taparas), los religiosos corrieron enseguida al lugar, recuerdo que la
noticia recorrió los barrios como pólvora encendida y enseguida llegaron las
velas, colaboraciones, los altares y las largas colas para pedir favores ante
el aviso o señal del eterno creador.
Los fanáticos religiosos
permanecieron en visitas diarias, recuerdo que llegaron las ventas de velas en
el lugar y cada quien que acudía se llevaba su aporte para poder ver el mensaje divino que se convirtió un un lucroso negocio, poco a poco la magia fue desapareciendo, todo se acabó ya nadie
regresó al lugar y todo volvió a la normalidad.
Ente esos trémulos
sentimientos pasaron los años 70 y 80, sensaciones y manifestaciones de Fe que
en nuestro imaginario podemos hacerlas realidad o simplemente dejarlas ahí,
para que sigan siendo la chispa que nos puede encender, nuestro creencias o
nuestro fanatismo histórico.
Otro cuento
fue el Chupacabras, noticia que estremeció la opinión pública local, recuerdo
que lo sucedido estaba en boca de todos, ¡mijo ve a comprar el periódico a ver qué
pasó con el animal ese¡¡ de allí salía a embalào a comprar el periódico no sin
antes echarle el vistazo, a mitad de camino para ser el primero en ver qué pasaba, y enterarme en
que pueblo había sido visto, Tucupido, Las Mercedes.
Todos rumoreaban sobre algo que nunca vieron pero que llegaron a creer, con el pasar de los días el periodista que todos los conocemos después que vendió bastante periódicos dejo el laboratorio para engavetarlo a la historia como un evento más de los Llanos de cuentos de Sayonas, Silbón o lloronas siendo esto una historia más.
Todos rumoreaban sobre algo que nunca vieron pero que llegaron a creer, con el pasar de los días el periodista que todos los conocemos después que vendió bastante periódicos dejo el laboratorio para engavetarlo a la historia como un evento más de los Llanos de cuentos de Sayonas, Silbón o lloronas siendo esto una historia más.
No todas las fantasías se
convierten en deseos, pero cuando una fantasía se quiere hacer realidad, ha de
pasar por la puerta del deseo, es así como nuestro pueblo nuevamente se ve
estremecido por un caso poco inusual en pleno siglo 21, la época del internet,
de los móviles, del la comunicación en tiempo real, la noticia corrió vertiginosamente,
esta vez sería un “Platillo Volador”, así le decíamos en nuestra niñez, un OVNI,
se posó sobre el Mercado Popular.
Cuentos de
hadas o maravillosos, llamados fantásticos para generar opinión entre nosotros; quizás
una mescolanza entre los lo maravilloso con elementos probables o posibles, que introduce a los pascuenses a un contacto con seres extraterrestres. Aunque lo
maravilloso de los hechos se dan sin irrupción inexplicable lo fantástico, lo
irreal se hace real y sorprendente, lo
fantástico se nutre del escándalo cuando se repite muchas veces
se hace realidad.
Es así como los pascuenses, hemos
vivido tiempos y sucesos verdaderamente increíbles solo comparables con el surrealismos,
pero así somos un pueblo llano, lleno de buena Fe, excesivamente creyentes,
religiosos, muchas veces incautos e inocentes, mientras estos eventos
sucedieron el mundo sigue la marcha y en el imaginario local, un poco de fantasía
y cuento sobrenatural, supersticiones, creencias no trastorna nuestra vida
cotidiana llena de otros problemas, todo es posible en la Primcesa del Llano.
julioramos71@gmail.com