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Alfredo Mendoza en Biscucuy: “Este pueblo se fundó con la bendición de los granos de café”

*¨¨Caficultor de una estirpe familiar que supera el siglo, avanza en su propia cruzada de revolucionar las fases productiva e industrial de este ancestral cultivo que ya surca las bajas temperaturas del llano venezolano


Douglas Bolívar

Desde una de las esquinas de la plaza Bolívar empieza a correr la calle Monagas y conecta con la montaña a través de un amplio y extenso puente de concreto armado. Es el mismo tránsito que cotidianamente y a la inversa hacen decenas de caficultores que bajan sus sacos de granos de café verde (crudo) para entregarlos en la casa donde mejor se los paguen, aunque el precio está cartelizado, con oscilaciones escasas.

Todo Biscucuy es un hervidero de café. Lo es junto a todas las ciudades circundantes, que agrega zonas de Trujillo y Lara. Pero la calle Monagas, por su amorochamiento con la montaña, es uno de los vértices de la comercialización de grano. Cada casa compra sacos y los arruma en medianos y pequeños galpones habilitados en las residencias, bien para tostar, revender o hasta completar una gandola de 600 quintales para alguna de las marcas comerciales nacionales que allí tienen gestorías. Son embajadas del café. 

Una de las casas de la calle Monagas es la de la familia de Alfredo Mendoza, caficultor de tercera generación de una gesta que arrancó en 1919, cuando su abuelo fundó en la montaña la finca La Guayana, epicentro de su íntima epopeya que procura una evolución trascendental de todas las fases en la producción de café. Todo ello a unos 1.650 metros de altura.

Ofició de alcalde en dos oportunidades consecutivas, pero desde hace casi una década anda dedicado completamente al café y sus entresijos. Cultivándolo y enseñándolo, pero ahora quiere revolucionarlo. De su faceta como maestro de escuela le resalta su condición de historiador de Biscucuy, municipio Sucre, piedemonte anclado en Portuguesa y cuyo mirador de bienvenida dista 500 kilómetros de la entrada de Caracas.

“El café es la vida de este pueblo, es la carga histórica de este pueblo, porque este pueblo se fundó con la bendición de los granos de café”, resume y rezuma Alfredo Mendoza, quien concede como fecha  fundacional de Biscucuy el 17 de noviembre de 1778, cuando el obispo Mariano Martí llegó en una expedición a cuyo encuentro bajaron todas las tribus indígenas del área. 

A propuesta del cronista Linares se asumió en definitiva  esa fecha fundacional. “Martí trajo esa semilla sagrada, los primeros granos. Él sabía que esa semilla era la que iba a subir al hombre al cerro, a cuidar el agua y cultivar la tierra”.

“Los indígenas eran conuqueros, pero el café termina desplazando al conuco y se convirtió en el monocultivo que es hoy. Ese granito fue llamando a la gente, especialmente la andina. Baja la gente de Boconó, Campo Elías, Valera y se fue formando Biscucuy”, rememora Alfredo desde su trono del conocimiento cabal de su territorio. 

“Biscucuy es uno de los municipios del país que tiene la economía más fuerte porque la maneja el café y porque además tiene una posición geográfica que la favorece. Es una piedra angular entre Portuguesa, Trujillo y Lara. Es una encrucijada”.

Dice que Biscucuy en sus mejores años producía 130 mil quintales, pero que llegó a comercializar 200 mil quintales sumando el arrime de Boconó, Ospino, Chabasquén, Campo Elías y Córdoba

“El consumo nacional era de un millón de quintales y este huequito producía el 20%. Hemos bajado a 50 mil, pero remontaremos con tecnología y nuevas prácticas”.


HERRAMIENTAS MELLADAS DE LOS FUNDADORES

“De nuestros antepasados heredamos el amor por la naturaleza y la valentía que esos viejos tuvieron para fundar esas comunidades y hacerlas productivas. Pero no podemos usar las herramientas melladas de nuestros antepasados, hoy todo tiene que manejarse por la ciencia y a tecnología. Siempre he dicho que la ciencia es luz que ilumina el camino del hombre”, pontifica Alfredo Mendoza.

Para Mendoza los faros de navegación son Colombia, Brasil y Costa Rica. “Tienen una carga histórica de un siglo y dos siglos y han alcanzado grandes desarrollos en la caficultura”. 

“Hacia allá va la mirada de Alfredo Mendoza, en  traer tecnología que, aunado a nuestros saberes, nos dará el resultado de cambio de genética que se adapte a la realidad actual: tenemos un cambio climático inclemente que viene azotando nuestra especie arábiga, que hay que trabajarla con hombres de ciencia para, de una forma u otra, hacerla tolerante al cambio climático”.

“Hoy vemos unos alarmantes precios del café en el mercado internacional, producto a problemas de forma y no de fondo en la caficultura mundial. Tenemos precios extraordinarios en la Bolsa de Valores de Nueva York para los arábigos y en la Bolsa de Londres para los canéforas. Tenemos que jugar en esos estadios de grandes ligas”.

Alega que todo pasa por renovar la genética de la caficultura, que sea amigable con el ambiente y de un alto rendimiento, no solo para capitalizar al productor sino también a la variedad actual del grano.

“Necesitamos una caficultura audaz, inteligente, que es más de inteligencia que de inversión, haciendo prácticas y técnicas que nos conlleven a elevar nuestra capacidad a la enésima potencia. Nosotros conocemos ese paquete, lo manejamos, lo hemos puesto en práctica y los resultados son extraordinarios”.

“Me he dedicado a eso, a mostrar a los caficultores del país que hay una nueva luz y que el café es el rubro que va a convertirse en el segundo petróleo del país”.

“La caficultura que yo estoy enfocando es de lotes, que no seamos productores de un solo cultivar, que tengamos la especie canéfora y la arábiga”

“Hoy el primer eslabón no es el productor sino los paladares más exigentes a nivel mundial y nosotros tenemos que satisfacerles y eso nos deja rentabilidad económica”. Se refiere a los café especiales.

 

CAFÉ A PLENO SOL

En el incentivo a otras variedades, con énfasis en el canéfora, está la clave de Alfredo Mendoza para despuntar económicamente. “Vamos a generar calidad de vida en la gran familia caficultora, que hoy nos abrazamos y contamos alrededor de 100 mil familias caficultoras en el país”. 

“Éramos doce estados productores  y ya estamos llegando a 20”.

“Me sorprende que hay caficultura en La Guaira, en Miranda, en Aragua y Guárico, llano adentro, donde empieza a moverse la caficultura con los Robustas Mejorados Conilones, a plena exposición solar con sistemas de riego modernos”. 

“La caficultura mecanizada está naciendo en el país, la caficultura corporativa, que también es necesaria”.

“Venezuela está alcanzando grandes dimensiones en la caficultura. La empresa Cativilla (en Calabozo, Guárico) ya tiene los clones de Brasil, plantaciones que pudieran cosecharse en un promedio de 10 mil kilos por 2 mil plantas. Es una cosa extraordinaria. Es un mejoramiento genético que ya no se hace por semilla sino por clones, maniobrando el material genético de la planta en el campo. Cuando se hace por clones se preservan todos los atributos”.

“Hoy mi aula es de casi 4 mil productores en todo el país. Soy un orgulloso maestro creador e impulsador de los Robustas Mejorados y de una caficultura moderna”.

“Los Robustas Mejorados vienen de la especie canéfora. Lo que hemos conocido durante un siglo es la especie arábiga, con sus 27 variedades”.

“El pueblo desconocía los canéforas, que en su carga histórica dicen que aparecieron 800 años antes de Cristo, mientras que los arábigos 1450 años después de Cristo”.

“Las canéforas son antiguos, pero en estas tierras no se conocían y hoy por hoy es más productiva y más tolerante a los cambios climáticos”.

“Los Robustas Mejorados superan con creces a los arábigos, aunque no es un café de taza, pero es un café de corte social que queremos direccionar a la industria al menos en un 80%”.

“El Robusta Mejorado contiene alto potencial en cafeína, que es un diamante en bruto, porque es un producto altamente requerido por la industria”. 

“Todos los café tienen cafeína, pero los Robustas Mejorados tienen una carga más grande. Los arábigos tienen una carga entre 0.8 y 1.8 (máximo 2), pero los Robustas tienen entre 2 y 4. Muchos lo rechazan, le dicen el patito feo. En la industria vale oro”.

“Nosotros podemos llevar cafeína para el mundo. Imagínense la cantidad de cafeína que se consume en el planeta después de la aparición de Covid. En el paracetamol, por ejemplo. En la industria trasnacional de los cosméticos también. Y es un componente fundamental en las bebidas carbonatadas. También en la confitería”.

“El Robusta Mejorado es uno de los grandes proyectos de la Venezuela post petrolera”, redondea Mendoza su entusiasmo por esta variedad de la que está poblando a La Guayana.

“El café está entrando fuerte en China y en 10 años habrá que sembrarlo hasta en las calles de Caracas para satisfacer ese mercado. La perspectiva del café es enorme, pero enorme”.

Si bien destaca el potencial económico del café, Mendoza antecede el valor ecológico, verbigracia: la vida humana.

“El caficultor es un guardián del agua, de la vida, pero también es un ente que desarrolla su localidad y empuja el desarrollo de la Nación y la vida del planeta. Es un cultivo amigable con el planeta”.

Justamente la inquietud por el aspecto ecológico lo llevó a idear y ejecutar el Plan Alfonzo Pérez, que nació en 2014, cuando Mendoza se encontraba ejerciendo funciones de alcalde y llegó la plaga llamada royal, que estaba acabando los cafetales.

“Hicimos un plan en honor a Alfonzo Pérez, un caficultor ecológico de la zona, oriundo de la parroquia Villa Rosa y que producía 600 quintales. Fuimos exitosos combatiendo el flagelo de la royal”.

En La Guayana, Alfredo Mendoza y su familia están desarrollando una faceta complementaria a su anhelo: germinan plántulas a disposición de las personas interesadas en cualquier parte de Venezuela.

“Es un nuevo emprendimiento para todo el que quiera anotarse en la caficultura de la nueva era. Me pueden contactar al 0416.757.33.23. Estamos en capacidad de llevar las plantas a cualquier parte de país a precio popular”.

La escuela de Alfredo Mendoza está en Biscucuy, pero se traslada a impartir talleres de caficultura donde sea convocado.

“Viene un taller de alta caficultura de clonación, que existe en Colombia, Costa Rica y Brasil, pero que en Venezuela son prácticas desconocidas. Le tenemos miedo a los canéforas, por el tabú de que supuestamente no te lo van a comprar”.

“El canéfora es mucho más pesado que el arábigo. Se necesitan 145 kilos de cereza arábiga para hacer un quintal y el canéfora lo produce con 180”.

“Al arábigo lo atacan las plagas, el canéfora intoxica a las plagas con su alta carga de cafeína”.

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