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El Poder Constituyente, el Poder Constituido  y la Revolución Bolivariana


Por: Julio Ramos

2 de febrero del 2025.

La Revolución Bolivariana, desde su génesis, ha planteado una profunda reconfiguración del sistema político venezolano, cuestionando los modelos tradicionales de democracia representativa y abogando por una democracia participativa y protagónica. Este cambio radical se sustenta en la comprensión y la praxis de la relación entre el poder constituido y el poder constituyente, y la irrupción del Poder Popular como actor fundamental en la construcción de una nueva sociedad.

El poder constituido, encarnado en las instituciones del Estado, es inherentemente conservador. Su función principal es la administración y aplicación de las leyes existentes, dentro de los marcos preestablecidos. Sin embargo, la Revolución Bolivariana se enfrentó a un poder constituido que, por su propia naturaleza, se resistía al cambio profundo y transformador que se proponía. Es aquí donde el poder constituyente, la soberanía popular expresada de manera originaria, adquiere una relevancia trascendental.

El poder constituyente no es un poder preestablecido, sino un poder creador, capaz de modificar las estructuras existentes y de generar un nuevo orden político-social. La Constitución de 1999, producto de un proceso constituyente, es un claro ejemplo de este poder creador.

El protagonismo del Poder Popular en la Revolución Bolivariana representa la materialización práctica del poder constituyente. Ya no se trata de una democracia donde el pueblo delega su soberanía en representantes electos, sino de una democracia donde el pueblo participa directamente en la toma de decisiones, en la gestión de los asuntos públicos y en la construcción de un proyecto colectivo. 

Los Consejos Comunales, las Comunas, y otras formas de organización popular se erigen como espacios de ejercicio directo de la soberanía, transformando la relación entre el Estado y la ciudadanía. 

Estos espacios, aunque no exentos de desafíos, representan una innovadora y necesaria alternativa a las limitaciones de la democracia representativa tradicional. La participación activa del pueblo en la construcción de la Revolución Bolivariana no solo legitima el proceso, sino que le confiere una fuerza y una resiliencia incomparables.  

La Revolución Bolivariana no es simplemente un cambio de gobierno, sino una transformación profunda del sistema político, basada en la activación del poder constituyente a través del Poder Popular. Este proceso, aunque complejo y lleno de desafíos, ha demostrado la posibilidad de construir una democracia más justa, participativa y acorde con los anhelos de transformación social de un pueblo que ha decidido forjar su propio destino. 

La lucha por consolidar y profundizar este proyecto continúa siendo una tarea fundamental para el futuro de Venezuela.  

Reflexión: La verdadera fortaleza de cualquier revolución reside en la capacidad de movilizar y empoderar al pueblo, permitiéndole ser el actor principal de su propio cambio. La mera sustitución de elites en el poder no garantiza una transformación real y sostenible; es la participación activa y consciente del pueblo la que da legitimidad y perdurabilidad a un proyecto transformador.

Ejemplo: La construcción de una escuela o un ambulatorio por una Comuna, no solo representa una obra física, sino la materialización del poder popular en acción. 

Es el pueblo, organizado y movilizado, el que decide qué necesidades atender, cómo hacerlo y quién participa en el proceso, demostrando una verdadera soberanía popular y una gestión directa de los asuntos públicos, superando la dependencia de las instituciones del Estado.

Es por ello,  que debemos reflexionar sobre la importancia de las elecciones  que se realizaron el día de hoy 2 de febrero,  el pueblo votando y manifestando su decisión en cuanto a escoger por la vía de la democracia Participativa hacia dónde irán los recursos y los problemas a resolver. 

Yo no tengo dudas que este es solo el comienzo, la punta del iceberg, de las grandes transformaciones que tendremos en el futuro siempre de la mano del Poder Popular, y de la mano de un presidente como lo manifestó el comandante Hugo Chávez, el presidente Nicolás Maduro,  que cree y confía en los poderes creadores de nuestro pueblo.

Espero que estas reflexiones lleguen al corazón de todos aquellos que luchan día a día,  por este sueño utópico quizás,  pero como decía el Che,  Guevara,  cuando lo extraordinario se hace cotidiano, estamos en presencia de la revolución. 

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