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Demagogia: El Brillo de las Promesas

Por: Deisy Viana

Déjame contarte que como estudiosa de los patrones conductuales de la gente, en mi vida diaria, he sido testigo de cómo las frases, lemas y consignas "supuestamente" motivadoras pueden ser utilizadas para manipular a las personas ¡Son pura demagogia! Por ello, quiero compartir algunos aspectos para reflexionar sobre este tema.

Llamaremos Ignacio a un amigo cercano para respetar su derecho a la condidencialidad, él siempre ha sido una persona optimista y trabajadora. Hace unos meses, comenzó a asistir a seminarios de autoayuda organizados por una figura carismática o "vidente" que prometía éxito y prosperidad, comunicándose con personas fallecidas y visualizando el fituro. Las frases motivadoras como " ¡Tus antepasados dicen que tú puedes lograrlo todo!" y " Veo tu éxito a la vuelta de la esquina" entre otras, resonaban en cada sesión, que de paso no eran gratis. Ignacio, inspirado, comenzó a invertir tiempo y dinero en  estas prácticas y en productos esotéricos que esta persona ofrecía.

Sin embargo, con el tiempo, noté que Ignacio se estaba volviendo más ansioso y dependiente de estas sesiones. Cada vez que enfrentaba un obstáculo, en lugar de buscar soluciones prácticas, recurría a las frases motivadoras que le habían inculcado o quedaba paralizado hasta escuchar las supuestas profecías de la "vidente". Porque todo era por algún daño o mal deseo en su contra que trancaban su éxito. Las promesas se convirtieron en trampas que lo mantenían atrapado, sus inseguridades crecieron y siempre estaba esperando que la próxima sesión fuera la clave para su éxito.

Con María, sucedió algo similar, esta colega, fue víctima de una manipulación similar en su entorno laboral. Su jefe utilizaba frases como "Somos una familia" y "Todos estamos en esto juntos" para fomentar un ambiente de trabajo aparentemente positivo. Sin embargo, estas frases eran una fachada para justificar largas horas de trabajo sin compensación adecuada y para evitar que los empleados se quejaran de las condiciones laborales.

María, motivada por el deseo de pertenecer y no querer decepcionar a su "familia laboral", trabajaba incansablemente, sacrificando su tiempo personal, su salud y a su verdadera familia a quien le dedicaba casi nada de su tiempo porque siempre estaba trabajando. La manipulación emocional la mantenía en un ciclo de explotación, donde la lealtad y el compromiso eran utilizados en su contra.

La lista de ejemplos de cómo la demagogia influye poderosamente es muy larga. ¡Sí! estamos ante la presencia de la demagogia, una forma de manipulación discursiva que utiliza frases, lemas y consignas para apelar a las emociones, miedos y esperanzas de las personas. Los demagogos están en todos los ámbitos de la sociedad, a menudo, emplean estas tácticas para mantener o ganar principalmente, poder político o económico,  desviando la atención de temas complejos y presentando soluciones simplistas y atractivas. 

Esta estrategia se basa en la retórica y la propaganda, y es común en discursos políticos populistas en los que se manipula a las masas con falsas expectativas, trabajando en ellas las emociones mediante frases construidas para el logro de los fines deseados por parte de los manipuladores o vendedores de humo. 

En el caso de Ignacio y María, podemos ver cómo la demagogia se manifiesta en diferentes contextos. Los líderes carismáticos, religiosos, los jefes, políticos y comerciantes manipuladores utilizan frases motivadoras para crear una ilusión de apoyo y pertenencia, mientras ocultan sus verdaderas intenciones. La demagogia, al igual que otras formas de manipulación, se aprovecha de la vulnerabilidad emocional de las personas, llevándolas a actuar en contra de sus propios intereses y a defender conceptos e ideas sustentadas en el humo de lo que parece ser pero que jamás será porque todo se basa en las ilusiones creadas por quienes manipulan. 

Estas experiencias me han enseñado a ser más crítica y consciente de las frases y consignas que escucho en todos los ámbitos. Es importante cuestionar las verdaderas intenciones detrás de las supuestas palabras motivadoras o de empoderamiento y no dejarse llevar por promesas vacías. La manipulación puede estar disfrazada de inspiración, y es nuestra responsabilidad discernir y proteger nuestra autonomía y capacidad de libre albedrío. 

Para finalizar, quiero compartir un versículo bíblico que invita a la reflexión sobre este tema:  "No se dejen engañar: las malas compañías corrompen las buenas costumbres." - 1 Corintios 15:33

Este versículo nos recuerda la importancia de ser vigilantes y cuidadosos con las influencias que permitimos en nuestras vidas. Mantengamos nuestra integridad y busquemos siempre la verdad detrás de las palabras para actuar con conciencia y sabiduría, recordando ese refrán popular: "No todo lo que brilla es oro".

@dejamecontarte1

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