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Guardatinaja, contenedora de memorias históricas y culturales

Oscar Humberto González Ortiz

Recibimos emocionante invitación para visitar Guardatinajas, tierra de famosos cantantes de música criolla; sin embargo, mientras viajábamos por la carretera, encontramos un bello mural que da la bienvenida a la comunidad del Rastro, fundada en 1807. Aunque decidimos no detenernos en ese momento, acordamos regresar y capturar algunas fotografías que inmortalizaran la visita al sector. A medida que avanzábamos, la curiosidad crecía, preguntándome por qué esta comunidad se llama el Rastro; quizás rememora antiguas tradiciones de comercio o evocaciones de caminos recorridos por aquellos que dejaron huella en su historia. Sin duda, cada rincón de este viaje prometía desvelar relatos que merecen ser descubiertos.

Un pasado memorable

Continuando la ruta, encontramos otro hermoso mural amarillo que expresaba: «Bienvenidos a Guardatinajas», remontando la fundación de esta comunidad a 1768 por Fray Andrés de Granada e indios de las tribus Píritu, Guanos, Palenques y Guaiqueríes, como lo indicaba la placa que fotografiamos al llegar. Además, nos maravillamos con las tinajas que adornaban la pared y disfrutamos de un merecido descanso en la placita adyacente, aunque siempre hay que recordar llevar gorra si se llega al mediodía. 

Instaurada hace 256 años, la localidad de Guardatinajas lleva un nombre que evoca tanto historia como esencia; en primer lugar, el término «guarda» sugiere una función de protección, aludiendo a la labor de conservar los valiosos líquidos que una vez fluyeron en sus tinajas, mientras que «tinajas» remite a los recipientes tradicionales que han sido testigos del tiempo y de la cultura local. Considero que el nombre refleja la actividad agrícola y artesanal de la zona, simbolizando un legado colectivo que se transmite a través de generaciones. Por ende, cada tinaja se convierte en contenedor de memorias, donde el pasado y el presente entrelazan relatos que invitan a explorar las raíces de esta comunidad. 

Al preparar la logística para la visita a Guardatinajas, contamos con el apoyo de personas generosas como Pedro Delgado, Carolina Thomas y Tibisay Martínez, quienes proporcionaron medicinas recopiladas. Asimismo, Magdalena Volcán y Javier Méndez  contribuyeron con cuatro dispositivos auditivos, y recibimos llamada de Joel Domínguez desde Caracas ofreciéndonos apoyo con varios balones de fútbol. Ahora quedaba estar atentos a abastecernos de combustible en el trayecto. 

Durante el recorrido, teníamos la curiosidad sobre el origen del nombre Guardatinajas, el equipo como siempre, José Parra, Oswaldo Torrealba, Lino Calles, Deisy Viana y Andy Azuaje “Andy la Voz”, en esta primera, faltándonos la compañía de María de González. 

Llegamos a esta hermosa comunidad, llena de mucho calor humano y de niños correteando por las diversas calles. Aproximándonos al campo deportivo, presenciamos un animado juego de softball femenino y muy cerca de este lugar, estaban los pequeños del equipo de fútbol Guerreros Jr., quienes con gran entusiasmo esperaban la llegada del equipo Funicitec.  Acompañados de la comunidad, personal de Senades y Andy la Voz, compartimos un agradable rato de anécdotas, seguidamente estábamos entregando los balones con la gran ayuda de un pequeño que orientaba la entrega de las pelotas, lo que generó más alegría entre los presentes. Fue evidente que todos los niños ansiaban recibir un balón, por lo que decidimos entregarlos al entrenador para asegurarnos de que fueran empleados por el equipo. La emoción en el rostro de cada niño era contagiosa, gran satisfacción sentimos al saber que estamos contribuyendo en fomentar el amor al espíritu deportivo; cada sonrisa recuerda la importancia de apoyar el desarrollo y recreación de los jóvenes en las comunidades.  

Es importante destacar que, al igual que el equipo Guerreros Jr., existe el equipo Guerreras Jr., lo cual muestra la equidad de oportunidades en el deporte para niños y niñas en esta comunidad.  Concluida la entrega de los balones, emprendimos camino hacia el Consultorio Popular; llegamos al centro asistencial, el impecable aseo y la amabilidad del equipo de trabajo impresiona, tras el recorrido por las instalaciones, tuvimos el placer de conocer a Celia Bravo, quien había estado esperando un dispositivo auditivo durante cierto tiempo; la ayudamos a colocarse el equipo. Cuando finalmente pudo escuchar, ella y la mayoría de los presentes, no pudimos contener las lágrimas de alegría ante  la emoción y felicidad reflejada en múltiples fotografías y videos que capturaron ese emotivo momento compartido por todos. 

Una vez entregada la medicina recolectada al personal del Consultorio Popular y el dispositivo auditivo a Celia, aceptamos la invitación para entregar otro dispositivo; iniciamos la marcha en la dirección señalada. Al llegar a la casa conocimos a la madre y al joven que la tía había referido, fue evidente que la intervención divina había hecho que el dispositivo fuese de utilidad para el joven, quien durante cierto tiempo pasó por pruebas limitadas por no contar con los recursos requeridos. Esta acción positiva generó un cálido agradecimiento por parte de la madre, padre, tía y comunidad. Una vez más, las lágrimas de emoción brotaron ante el resultado positivo que estábamos viviendo. 

Rumbo a más satisfacciones

El próximo destino fue la casa del abuelo de una talentosa deportista de fútbol de la comunidad. Al llegar, presenciamos cómo probaban el dispositivo auditivo con resultados positivos, lo que nuevamente nos llenó de emoción. Parecía que estábamos experimentando un día repleto de emociones intensas. A pesar de haber suministrado ya tres dispositivos, aún quedaba uno por entregar a una maestra que, por razones familiares, no se encontraba en la comunidad en ese momento. Decidimos entonces programar esta entrega para una nueva visita. Al salir de la casa, fuimos abordados por un grupo de niños de la comunidad, cuya energía era contagiosa mientras compartían sus deseos y anécdotas con nosotros. 

Queremos expresar nuestro agradecimiento a Dios y a todas las personas que hicieron posible esta maravillosa experiencia de compartir momentos inolvidables con una comunidad tan cordial; las cachapas compartidas estaban deliciosas, tanta hospitalidad conmovió al equipo profundamente. 

Pronto regresaremos para entregar el dispositivo que queda pendiente, esperamos que la visita motive a más personas a acercarse a esta hermosa comunidad y les proporcionen el apoyo que requieren. Si nos sigues en las redes sociales de Funicitec, los invitamos a participar en la dinámica de comentarnos por qué se llama Guardatinajas. Queremos mantener un diálogo abierto y enriquecedor con nuestros lectores y conocer sus opiniones sobre la comunidad que visitamos. 

Durante la visita, experimenté dolores en la rodilla, pero al vivir el día a día de la comunidad, escuchar sus historias y contemplar las sonrisas de los niños, el dolor pareció desvanecerse por completo. Fue el sentir poderoso de la energía positiva que puede tener al compartir experiencias con tantos niños, jóvenes y adultos contemporáneos. 

No queríamos finalizar la visita, el tiempo no dio tregua, la retirada es con la promesa de regresar pronto, es un hasta luego. Esperamos sembrar la semilla de la curiosidad en Uds. para que averigüen más sobre esta comunidad y consideren conocerla. 


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