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I El enemigo

Hay varias historias sobre “el enemigo”, que escuchamos durante nuestro paso como educadores en Fe y Alegría, en su mayoría, estas historias coincidían en el final: El enemigo está dentro de nosotros.

Nuestro peor enemigo es la intolerancia y la no aceptación del otro en su diferencia. Siempre seremos diferentes, en la variedad está la riqueza.

Hago este comentario pues, siento que hemos avanzado muy poco en este tema del reconocimiento, sobre esto abordaré varios ejemplos.

II Imperialismo enemigo

En el pasado, cuando la izquierda era oposición, el enemigo era el imperialismo. En paredes pintábamos la frase eterna de El Libertador:

“Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”.

Se cuestionaba a la “burguesía” y se intentaba captar y hacer entender al obrero y a los sectores populares, que la socialdemocracia y el socialcristianismo no eran la solución.

La izquierda fue “enamorando” a un grueso número de venezolanos, que junto a otros, no tan de izquierda, terminaron votando por Chávez. Esa fue la estrategia.

III Come gorgojo enemigo

Ahora, en pleno siglo XXI, el enemigo de un grueso sector de la oposición es el pobre que defiende al gobierno.

“El come gorgojo que recibe la bolsa del Clap”, bolsa que opositores también reciben, pero el calificativo es exclusivo para  chavistas.

“El tapa amarilla” que estudia en universidades experimentales o en la Universidad Bolivariana, aunque allí ingrese y se gradúen opositores.

El miliciano bautizado como “milanciano”, de este se hace burla y se le coloca en fotografías junto a un marine de los EE . UU.  pretendiendo ridiculizarlo. Así de bajo han caído.

Estamos con piel de cebollas, supersensibles y a la defensiva.

Mientras me tomaba un café con varios amigos entró un “excitado” opositor y le  gritó a un chavista allí presente: “Mira traidor sabes que aun sigues utilizando Whatsapp, todavía no te sales”.

Refiriéndose a la sugerencia de Maduro para dejar la red Whatsapp y migrar a Telegram.

Ante esto, el chavista respondió: “tú tampoco te has salido de la página de Patria, aun la sigues revisando”.

Como buenos venezolanos, todos soltamos la carcajada, el recién llegado se sentó y pidió café, la conversa siguió, como debe ser.  

Creo que estos ejemplos pueden ser suficientes, para intentar reflexionar sobre el error cometido. No se puede enamorar a una mujer si antes le dices gorda, vieja o fea, por muy bruja que sea.

Una de las causas por las cuales la oposición no logró captar un caudal de votos chavistas, una avalancha,  como lo logró Chávez, es por que la táctica falló.

IV Pitiyanqui enemigo

Señalar como “enemigo” al opositor es comenzar el debate con un error. Acusar de enemigo y traidor a quien no votó ni coincide con Maduro, es una falla de origen.

Hemos escuchado el calificativo de apátrida, pitiyanqui, malinche, vendido, escuálido, entre otros. El opositor a Maduro es simple y llanamente alguien que considera que su opción es la más conveniente para el país.

El pensar diferente no puede ser argumento para cuestionar, pues, si nos vamos por ese camino, meteremos en una jaula a quien tenga una postura religiosa, sexual y hasta deportiva, diferente a nosotros.

V Preguntas tontas al “enemigo”

Definitivamente el enemigo más fuerte es el animal que todos tenemos dentro y que se suelta en ciertos momentos. En ocasiones se escapa y no nos damos cuenta, actuamos como animales creyendo que somos nosotros.

Ese animal, a veces no es feroz, no siempre es un lobo, sino un lento e imbécil necio que se  enfrasca en un combate estéril.

Por ejemplo, a veces preguntan con cara de santos: ¿Y tú todavía eres chavista? O peor aún, te dicen: ¿cómo tu puedes seguir siendo chavista después de todo lo que ha pasado?

Es la pregunta más tramposa y manipuladora que he escuchado. La razón por la que se es chavista, es la misma por la cual un adeco sigue siendo adeco o un seguidor de Machado sigue siendo eso, por que cree que su opción es la solución.

La “razón” no es la “verdad”, opositores y chavistas poseen argumentos para defender su postura, como evangélicos y católicos. Ninguno es dueño de la verdad, ni podrá proscribir ni enterrar al otro, si lo hace, está cayendo en la intolerancia.

Un chavista sigue siendo chavista a pesar de los errores y fallas que se hayan cometido, pues asume que vendrán otras oportunidades, como un padre en una familia viviendo altibajos.

En mi época de ñangara, el gobierno del presidente adeco Carlos Andrés Pérez asesinó más estudiantes que ningún otro, y no por eso, los militantes de ese partido tenían que dejar de serlo.

Machado, ha pedido invasiones, y hasta ha invocado al TIAR (Dios nos libre), a fingido ataques y su propia madre se lo ha recriminado, sin embargo, eso no le quita el liderazgo que ha logrado en una parte de la oposición, y el que muchos piensen que ella tiene “razón”.

VI ¿Y dónde te vas a meter ahora?

Esta pregunta amenazadora la escuché durante el golpe de abril. Ese animal que se desata y persigue al que cree derrotado. Esa fauna minoritaria que se quita la máscara y se muestra tal como es.

La noche del 28 de julio, mientras oposición y gobierno festejaban el triunfo que aseguraban habían tenido. Algunas personas se quitaron la máscara y en medio de su borrachera se paraban a mitad de la calle preguntando:  ¿dónde están los malditos chavistas? ¿Dónde se van a meter ahora?  Lo vi, no me lo contaron.

Cómo demonios, se desataron en las redes para acosar y cobrar venganza, ante la supuesta caída de su “enemigo”. Aclaro, esa actitud irracional no puede ser endosada a sus líderes, ni es la de todos los opositores, todo lo contrario, es una minoría.

También es cuestionable y asqueroso, perseguir y criminalizar a todo el que alza una bandera y proteste contra el gobierno. El derecho a la protesta, al igual que el derecho a expresarse no puede suspenderse ni mandarse a recreo.

Se es opositor para eso, para oponerse, criticar y cuestionar la gestión del gobierno cuando lo haga mal. No puede haber cacería de brujas ni ver a todo crítico como “enemigo”.

Mensaje para  los dos bandos: Si actúas como tu enemigo, entonces no eres la solución, pues te pareces a él. Si implantamos la ley del “ojo por ojo” seremos un país de tuertos.

VII Desgaste

El desgaste y el cansancio son las preocupaciones mayores que pueden afectar a los polos que en este momento dominan el escenario político.

Este sábado 17 ambos convocaron movilizaciones en todo el país. La imagen de este sábado fue terrible para el sector de la oposición, se desinfla. En cuanto al chavismo, trabajó con concentraciones y marchas cortas, también se notó menos involucrados. 

Ya pasó la euforia, ya el ciudadano cumplió con sus organizaciones. Deberíamos estar en otra fase como país “normal”, pero no somos aún un país normal.

Los seguidores de ambos sectores que no acudieron a la convocatoria pudieran estar sintiendo: miedo, cansancio, frustración, o peor aún, están pensando que ya cumplieron su rol. El país avanza, no todo el mundo está metido de cabeza en las redes o pendiente de la política, afortunadamente.

Orlando Medina Bencomo CNP 26637 / Los Tubazos del Domingo

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