El Caos Emocional: Mentes Encadenadas
Por: Deisy Viana
Vivimos en un mundo acelerado, donde la presión por alcanzar la felicidad, el éxito, la estabilidad y la incertidumbre por el futuro generan un cóctel explosivo que puede desembocar en un caos emocional. Este estado, caracterizado por la ansiedad, el estrés, la irritabilidad y la dificultad para concentrarse, afecta profundamente nuestra capacidad de tomar decisiones racionales y saludables.
Este grave descontrol emocional puede ser causado por múltiples factores, entre ellos, los problemas familiares, económicos, sociales, desempleo, la percepción de inseguridad, preocupación, sentimiento de culpa, resentimiento, entre otros.
La psicología nos explica que el caos emocional surge cuando nuestros mecanismos de afrontamiento se ven sobrepasados. La sobrecarga de información, la falta de tiempo para el descanso, las informaciones fatalistas y la presión social por cumplir expectativas son algunos factores que contribuyen a este desequilibrio.
Las consecuencias del caos emocional se extienden a todos los ámbitos de la vida:
En lo Social puede generar dificultad para relacionarse con los demás, aislamiento, conflictos interpersonales. En el ámbito educativo, bajo rendimiento académico, problemas de concentración, falta de motivación y deserción. Puede propiciar pérdida de valores, individualismo exacerbado, búsqueda de gratificación inmediata.
Influye negativamente en la productividad, incapacidad para tomar decisiones financieras responsables, aumento del consumo impulsivo.
Pero ¿Cómo saber si se padece de un caos emocional?
Si experimentas cambios bruscos de humor, dificultad para dormir, falta de apetito, irritabilidad constante, sensación de agobio, angustia, nostalgia y desesperanza, o si te cuesta tomar decisiones simples, si llegan a tu mente pensamientos suicidas, sentimientos de odio o venganza, es posible que estés atravesando un estado de caos emocional.
¿Qué hacer?
El primer paso es aceptar que estás luchando con un caos emocional. Buscar ayuda profesional puede ser importante. Un psicólogo o terapeuta puede ayudarte a identificar las causas de tu estado en caso de desconocerlas y desarrollar estrategias para manejarlo.
A través de la respiración profunda y el ejercicio físico puedes ayudarte a controlar el estrés y la ansiedad. Otra forma eficaz es dedicar tiempo a la oración, la cual te permitirá alcanzar una sensación de paz y esperanza para lograr el control y dominio propio. Pero la fe sin obras es muerta, por eso debes aprender a establecer límites, decir "no" o "sí" ante las demandas que te agobian y priorizar tu bienestar.
Conéctate con tu entorno: Cultiva relaciones sanas y busca apoyo en tu familia y amigos. Recuerda siempre que toda circunstancia es temporal y que todo pasa. Escrito está "No se angustien por nada, sino que en todo, por medio de la oración y la súplica, con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús." Filipenses 4:6-7.
Este versículo nos recuerda que, aunque nos encontremos en medio del caos, la paz de Dios puede ser nuestra fortaleza. Buscar su guía y apoyo nos ayudará a superar los desafíos y encontrar la serenidad que necesitamos para vivir una vida plena, significativa y principalmente a tomar el control de nuestras emociones para no caer en caos y romper las cadenas del pensamiento que nublan la visión a la hora de tomar decisiones correctas e impiden alcanzar el propósito de vida.