El dilema de la Señora “Vida Diaria” al pagar el parquero, aparcar, estacionar o parquear
Oscar Humberto González Ortiz
El problema del estacionamiento en entornos urbanos constituye un desafío constante a lo largo de la historia, aunque con el avance tecnológico y las políticas urbanas, se desarrollan soluciones inteligentes orientadas a mejorar la movilidad, reducir el congestionamiento y promover el uso eficiente del espacio público. Pese a que el problema persiste, estas iniciativas representan pasos significativos hacia un futuro urbano accesible y beneficioso para todos.
Aparcar, estacionar, parquear, tres palabras que seguramente nos llevan a diferentes momentos en los que necesitábamos dejar el vehículo para hacer algo, ya sea en un centro comercial, en la calle, o en un evento especial. Siempre hay situaciones en las que requerimos encontrar un buen lugar para estacionar. ¿Tienes alguna anécdota en particular asociada a estas palabras? De
Respondiendo a una crisis descomunal
En la época medieval, cuando las ciudades comenzaron a crecer, el problema del estacionamiento no existía, ya que los medios de transporte eran principalmente a caballo o a pie. Sin embargo, con la llegada de los automóviles en el siglo XIX, las calles se volvieron caóticas, congestionadas, este cambio en la movilidad urbana presentó el desafío de encontrar espacios adecuados para estacionar los vehículos, lo que aún persiste en la actualidad.
A medida que las ciudades continúan expandiéndose, la cantidad de vehículos en circulación aumenta exponencialmente, por lo que la necesidad de regulación y organización del estacionamiento se hizo evidente en la década de 1920, estableciéndose los primeros parquímetros en Oklahoma City, EE.UU., como solución para controlar el aparcamiento en áreas concurridas. Este fue un hito en la gestión del espacio urbano, sentando las bases para futuras estrategias de estacionar autos en las calles.
Con el avance tecnológico, surgieron sistemas inteligentes de estacionamiento que utilizan sensores y aplicaciones móviles para ayudar a los conductores a encontrar espacios libres. Estas innovaciones facilitan la vida de los ciudadanos, contribuyen a reducir la congestión y las emisiones de carbono al disminuir el tiempo dedicado a buscar donde estacionar.
Además, algunas ciudades implementan políticas de estacionamiento ecológico, promoviendo el uso compartido de vehículos o fomentando el uso del transporte público. Estas iniciativas orientan la reducción de la dependencia del automóvil particular buscando alternativas amigables con el medio ambiente, aliviando así la presión sobre el espacio de estacionamiento en áreas urbanas densamente pobladas.
Otro enfoque ha sido la creación de garajes automatizados, donde los vehículos son aparcados por máquinas especiales que utilizan sistemas con tecnología robótica para maximizar el espacio disponible agilizando el proceso de estacionamiento, ofreciendo soluciones eficientes con el fin de abordar la escasez de espacio en entornos urbanos congestionados.
Revisando parte de la historia, aprecio que, en la antigua Roma, las calles estaban repletas de carruajes, por lo que encontrar estacionamiento era tarea complicada, siendo entonces cuando surgieron los “esclavos de la esquina”, quienes se encargaban de cuidar los vehículos a cambio de unas monedas. Este oficio parece mantenerse a lo largo de la historia, adaptándose a los avances tecnológicos y a las nuevas formas de pago.
Con el avance de la tecnología, el uso del dinero en efectivo ha ido disminuyendo, dando paso a métodos modernos como el “pago móvil”. Esta evolución llegó también a los parqueros, quienes ahora aceptan pagos electrónicos, facilitando así las transacciones para los conductores que buscan estacionamiento en las concurridas calles de la ciudad al realizar diligencias diarias como ir a la farmacia, panadería o centros comerciales. Ya es común encontrarse con parqueros en cada lugar donde se estaciona el vehículo.
Un desembolso que no para
Esta situación refleja cómo la necesidad de estacionamiento, así como el pago por este servicio evoluciona constantemente a lo largo del tiempo, adaptándose a las demandas cambiantes de la sociedad. Detente unos minutos a leer, si la Sra. “Vida Diaria” sale a realizar sus diligencias, vive periódicamente estos ejemplos: Al salir a trabajar, enfrenta el reto de encontrar estacionamiento, lo que la lleva a pagar un dólar diario durante los cinco días laborales, totalizando así cinco dólares semanales. Finalizada la jornada laboral, la señora tiene la costumbre de detenerse en la panadería para adquirir productos frescos, lo que implica pagar al parquero al menos un dólar diario durante seis días, incluyendo los sábados, totalizando así 6 dólares a la semana.
Cuando lleva los niños a sus actividades extracurriculares, representa otro gasto económico, ya que cancela al parquero que cuida los vehículos en la calle frente al campo de futbol, dos dólares diarios por tres días a la semana, lo que constituye 6 dólares semanales. Por otro lado, las clases en la escuela de música para la niña, los mismos días de la semana, son aproximadamente tres dólares semanales para el parquero.
Si la señora Vida Diaria, visita la peluquería del centro comercial deberá contar con cuatro dólares más para cancelar el estacionamiento; de requerir pasar por la farmacia cuando esté regresando a casa, implica un dólar adicional para el parquero.
Asimismo, es importante reconocer que en la actualidad las salidas con vehículos representan una inversión eventual a los costos asociados con el estacionamiento y parqueros; el valor del tiempo y acceder a servicios esenciales “sí tiene precio”. Por lo tanto, considerando estos gastos como parte de experiencias semanales, se aprecia el impacto que tiene el simple acto de ir a la oficina, comprar en la panadería, visitar la farmacia y los entretenimientos del fin de semana, lo que implica gastos inesperados.
Pues bien, ya sumaste cuanto paga semanalmente la señora Vida Diaria por el servicio de estacionar su vehículo. ¿Te preguntarás por qué expresar pago en dólares a los parqueros? Se vincula estrechamente con la situación económica y social que impacta la cotidianidad de muchas personas, aunado a la experiencia, de que es común observar expresiones de molestia o descontento por parte de algunos parqueros al recibir pagos en bolívares, reflejando la compleja realidad económica que lleva a la dolarización informal de ciertas transacciones.
Es frecuente encontrarse con situaciones inesperadas al momento de cancelar el pago del estacionamiento, como la falta de conexión en los puntos de venta, la escasez de efectivo por parte de la persona encargada de cobrar o la ausencia de sencillo para realizar el pago. Estos inconvenientes cotidianos reflejan la interacción entre la tecnología, la disponibilidad de recursos financieros y las dinámicas humanas en el contexto urbano.
Ya no le puedes expresar al parquero que no tienes sencillo, ya que responderá que acepta dólares, euros, pesos colombianos y pago móvil. Los parqueros, al igual que los antiguos “esclavos de la esquina”, forman parte de esta red de intercambios que se adapta a las necesidades y tecnologías del momento, demostrando así la capacidad de evolución de las prácticas cotidianas.
En la historia de los estacionamientos, especialmente en centros comerciales, surge la práctica del valet parking como una opción exclusiva para los clientes. Este servicio, aunque ofrece conveniencia al dejar el vehículo en manos de un aparcador más formal, también significa un costo adicional que puede incrementar significativamente el gasto total al visitar el centro comercial. Esta tendencia refleja la búsqueda de comodidad en la experiencia de estacionamiento, pero a su vez plantea exigencias económicas para los usuarios.
Además del valet parking, los centros comerciales a menudo implementan obstáculos físicos en los puestos para aparcar, como conos o barreras, que dificultan el acceso directo a ciertas áreas; en algunos casos, es posible sortear estos obstáculos al brindar una compensación a ciertas personas encargadas del estacionamiento. Si bien esto puede resolver la situación momentáneamente, también agrega costo adicional e imprevisto al proceso de estacionarse, generando una carga económica adicional para los conductores.
Es importante que tú, yo, nosotros, ellos y la señora Vida Diaria, consideremos la diversidad de opciones de pago al momento de planear el presupuesto para cubrir los gastos de estacionamientos y parqueros. Contar con variedad de medios de pago, como dólares, bolívares, pago móvil, puntos o efectivo, aportará la tranquilidad necesaria para desenvolvernos sin contratiempos en la comunidad. Esta diversificación en los métodos de pago permitirá la adaptación a las distintas circunstancias que podamos enfrentar en el día a día.