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 ¡No es tu problema! Es Mi Decisión

Por: Deisy Viana


En nuestra cotidianidad, cada decisión tomada parece insignificante, sin embargo tienen un efecto dominó que se extiende mucho más allá de la esfera individual. Desde la elección de qué desayunar hasta decisiones trascendentales, cada paso que damos afecta la propia vida y la de la sociedad en su conjunto como sistema; esto significa que, cualquier cambio consciente o inconsciente aplicado a la vida personal puede impactar como una onda expansiva. Alguien consume alimentos chatarra, cargados de azúcar o químicos, tendrá enfermedades en su cuerpo, que generarán costos que afectarán su nivel de vida y que a su vez pueden provocar deudas, además de  influir en el gasto social en materia de salud sin contar las consecuencias negativas en la productividad; quiere decir que tus decisiones e indecisiones ¡sí es problema de muchos! 

Decidir es un poder. Cada elección conlleva consecuencias positivas o negativas y algunas de ellas pueden ser impredecibles cuando se actúa por inercia, guiados por los automatismos, la "normalización" o la costumbre ¿Qué carrera elegir? ¿Con quién casarse? ¿Cómo gastar el tiempo y los recursos? Alimentarse adecuadamente, practicar deporte, reunirse con gente tóxica, practicar valores, actuar con ética, entre otros. Estas decisiones personales no solo afectan la propia existencia, sino también la de quienes nos rodean. 

Detrás de cada decisión hay una elección personal de impacto social. Nuestra sociedad es un intrincado entramado de relaciones, cuando decidimos, enviamos ondas a través de este tejido. Por ejemplo:

El Consumo Responsable: Al optar por productos sostenibles y éticos afecta a las cadenas de suministro y al medio ambiente incidiendo directamente en el impacto ambiental, lo que significa que nuestras elecciones al comprar pueden impulsar cambios en las inversiones y prácticas empresariales, especialmente si se tratan correctamente los desechos sólidos al cultivar una conciencia de reciclaje o reutilización de material de provecho.

Altruismo para el desarrollo social:  Desarrollar acciones benéficas de manera individual o colectiva influye en las políticas públicas sociales y en el desarrollo de la comunidad. Una sola voz a favor de la solidaridad puede inspirar a otros a actuar propiciando una cadena de favores que además de generar satisfacción personal, pueda fortalecer valores como la empatía y la verdadera unidad. 

Educar a través del ejemplo: Las decisiones sobre la educación de los hijos y los valores que le transmiten sus padres y familiares afectan la sociedad actual y la de la próxima generación al establecer límites, normas en el hogar y sobre todo brindarles un buen ejemplo basado en la práctica de valores.

Pero, surge la gran interrogante ¿En un mundo donde la superficialidad, el miedo, la codicia y la mediocridad son como grandes depredadores, cómo se puede decidir con responsabilidad y conciencia en beneficio propio y de la sociedad?

Una decisión es una elección que aparentemente pudiera ser insignificante pero se propaga como ondas concéntricas. Detalles tan simples como una sonrisa pueden cambiarle el día a una persona y luego ésta influenciar la vida de alguien más con otra pequeña acción y así sucesivamente. De esta forma tan simple se puede lograr impactar positivamente a la sociedad: el efecto dominó.


Pero también es importante hacer un autoanálisis: ¿Qué valores guían nuestras decisiones? ¿Estamos considerando solo el bien personal sin medir el impacto sobre el bienestar común? ¿Estamos actuando con Integridad? ¿Cumplimos nuestras promesas, somos honestos y tratamos a los demás con el mismo respeto con el que deseamos ser tratados?


Es importante recordar que existen elecciones que pueden motivar a otros a seguir nuestros pasos, pero también con esas mismas decisiones podemos despertar los demonios de la envidia, la codicia, la maldad, la deslealtad y la traición de quienes en vez de construir relaciones saludables van entoxicando los caminos que transitan, ante estas situaciones también hay que saber decidir, saber "comportarse" y controlar emociones negativas para que ninguna respuesta a la ligera se revierta en tu contra o para que no actúes sin pensar de manera que termines siendo víctima de esas decisiones erradas movidas por tu intolerancia. 

Escrito está: "Nada hagas por contienda o por vanagloria; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros." Somos seres sociales, creados para convivir en sociedad, por lo tanto, cada elección personal es un voto en el gran tablero social. No subestimemos el poder de nuestras decisiones, las consecuencias positivas o negativas serán inminentes aunque hoy sean imperciblibles. Por ello hay que ser honestos, conscientes, responsables y agentes de transformación; sabiendo que todo lo que siembres hoy para bien o mal lo cosecharás mañana, serán los resultados de tus decisiones, después no busques culpables.

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