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 Es tarea de todos… Sembremos Turismo en la Región Llanera.

Por: Oscar Humberto González Ortiz





En la antigua Grecia, el desplazamiento humano desempeñó momentos trascendentales en el florecimiento económico de ciudades como Atenas y Delfos. No existía el turismo como hoy lo entendemos, pero los viajeros acudían desde todas las regiones del mundo helénico y el Mediterráneo para visitar los templos, teatros y estadios olímpicos, generando importante fuente de ingresos para los habitantes locales. Este flujo constante de visitantes enriqueció las arcas de las ciudades, fomentando el intercambio cultural y difusión de ideas que contribuyeron al desarrollo de la civilización griega. 

Con el advenimiento de la Revolución Industrial en el siglo XIX, el turismo experimentó un auge sin precedentes en Europa, cuando instalaron las líneas ferroviarias y mejoraron las infraestructuras viales, facilitando así los desplazamientos, permitiendo que regiones antes remotas se convirtieran en destinos accesibles para viajeros; este fenómeno impulsó  la economía local, contribuyendo al desarrollo de sectores como hotelería, restauración y comercio, dinamizando la actividad empresarial en numerosas regiones europeas. 

El turismo se constituyó en fuerza transformadora a lo largo de la historia contemporánea, pero como un fenómeno antecesor, desde los viajes de exploración en la antigüedad hasta la actualidad, millones de personas viajan por todo el mundo buscando experiencias únicas. 


Las reorientaciones abren oportunidades

Por otra parte, la transición de una economía centrada en la renta petrolera a una basada en el turismo puede ser un proceso desafiante pero viable; países como los Emiratos Árabes Unidos demostraron que es posible diversificar su economía, reduciendo la dependencia del petróleo, apostando por el desarrollo de atractivos turísticos de categoría mundial. La construcción de infraestructuras turísticas, promoción de destinos y la oferta de experiencias exclusivas permitieron que diversos países transformen su panorama económico, generando nuevas fuentes de ingresos a partir del turismo. 

En ese mismo contexto, la transición hacia una economía basada en el turismo implica beneficios económicos, y bien conducido puede tener impactos positivos en la preservación del medio ambiente y el patrimonio cultural. Diversificando las fuentes de ingresos, los países pueden encontrar incentivos para proteger sus recursos naturales, promoviendo el turismo sostenible que contribuya a la conservación del entorno y desarrollo de las comunidades locales. Este enfoque holístico hacia el desarrollo económico impacta positivamente a largo plazo en la calidad de vida de los habitantes y en la proyección internacional del respectivo país como destino turístico sostenible.

Tras los desafíos económicos y la crisis mundial provocada por la pandemia, los gobiernos de países como España, Italia, Tailandia, México y algunas Islas del Caribe implementaron políticas de estímulo para reactivar la industria del turismo, vital para sus economías. Estas medidas incluyeron reducción de impuestos, simplificación de trámites para los prestadores de servicios turísticos, incentivos fiscales y líneas de crédito preferenciales. Esta acción gubernamental buscaba revitalizar el sector clave para generar empleos reactivando las cadenas de suministro asociadas al turismo, contribuyendo así al desarrollo económico sostenible en esas regiones. ¿Por qué no motivar a los prestadores de Servicio turísticos en la República Bolivariana de Venezuela?

En tal sentido, la promoción de destinos alternativos y el fomento del turismo sostenible se convirtieron en estrategias fundamentales para diversificar la oferta turística, reduciendo la dependencia de algunos destinos tradicionales. Esta reorientación permitió que regiones antes marginadas se beneficiaran del flujo turístico, generando oportunidades económicas en áreas rurales y contribuyendo a una distribución más equitativa de los beneficios del turismo en distintos países.


El permanente llamado de nuestra realidad

Atendiendo a estas consideraciones, la República Bolivariana de Venezuela posee un potencial turístico extraordinario, desde sus hermosas playas en el Caribe hasta la imponente belleza natural de los Andes y la Amazonia. Sin embargo, el bloqueo y la crisis económica que afecta al país en los últimos años obstaculiza el desarrollo del turismo como motor económico. La falta de apoyo gubernamental, inestabilidad y percepción de riesgo disuaden las inversiones en infraestructuras turísticas, como la promoción de destinos, lo que limita el crecimiento de esta industria. 

A pesar de ello, existen iniciativas locales de emprendimientos que buscan impulsar el turismo sostenible, destacando la riqueza natural del país como atractivo para visitantes nacionales e internacionales. La falta de apoyo a los prestadores de servicios turísticos en Venezuela es un obstáculo significativo para el desarrollo de esta área. La ausencia de políticas claras, incentivos fiscales y programas de financiamiento para emprendedores turísticos limita la capacidad del sector privado para invertir en infraestructuras, capacitación del personal y promoción de destinos. 

Por otro lado, la inestabilidad económica genera desafíos adicionales, desalentando la planificación a largo plazo en el sector turístico. Para impulsar el desarrollo del turismo en Venezuela, se requiere implementar medidas que brinden apoyo integral a los prestadores de servicios, fomenten la inversión privada responsable y promuevan imagen positiva del país como destino turístico seguro y atractivo.

La Región de los Llanos de Venezuela, con su exuberante naturaleza y rica cultura llanera, posee gran potencial para el desarrollo del turismo. Los extensos espacios abiertos de Guárico, Barinas y Apure, la música tradicional, las festividades populares y la calidez de su gente son atractivos que podrían convertirse en un imán para visitantes nacionales e internacionales. 

Sobre todo, es fundamental que tanto el gobierno nacional, regional, local y toda la sociedad trabajen de la mano para promover un turismo sostenible que valore la identidad cultural y el ecosistema llanero. La inversión en infraestructuras turísticas, capacitación de prestadores de servicios y promoción responsable de los atractivos regionales son pasos claves para sembrar el turismo en la región, con la finalidad de cosechar los beneficios económicos y culturales que esta industria puede aportar. El compromiso conjunto de los habitantes, autoridades locales y prestadores de servicios es esencial para sembrar, cultivar y cosechar el turismo en la Región Llanera. 

La participación en la conservación del entorno natural, preservación de las tradiciones llaneras y generación de oportunidades económicas a través del turismo pueden fortalecer el arraigo de las comunidades locales a sus raíces culturales, a la vez que se impulsa el desarrollo regional. Al promover el turismo responsable, favorecemos la diversificación económica, el empoderamiento comunitario y la protección del patrimonio llanero para las generaciones futuras. De esta manera, sembrar el turismo en la Región Llanera se convierte en una empresa colectiva que busca enriquecer tanto el tejido social como el paisaje natural de esta emblemática región venezolana. 

En los albores del siglo XXI, emerge una nueva vertiente del turismo que desafía las convenciones establecidas. El «turismo sostenible», inspirado en la conciencia ambiental y el respeto por las comunidades locales, se erige como un paradigma de viaje responsable y enriquecedor. Este enfoque va más allá de la mera visita a destinos exóticos, puesto que promueve la preservación del entorno natural y cultural, fomentando la interacción auténtica con las poblaciones autóctonas, e incentiva prácticas ecoturísticas que armonizan con la conservación del planeta. 

En un mundo interconectado y vibrante, el «Turismo experiencial» cobra relevancia como una evolución natural en la forma en que los individuos exploran el mundo. Este paradigma busca trascender la mera observación de monumentos y paisajes, introduciendo una dimensión personal y emocional en cada viaje. 

En los esplendorosos paisajes venezolanos, los destinos turísticos clásicos como Los Roques, los Andes, Canaima y Margarita han sido durante décadas los imanes para los viajeros en busca de aventuras inolvidables. Sin embargo, en un giro visionario hacia nuevos horizontes, surge una revitalización de la Región Llanera como un tesoro oculto por descubrir. 

En San Juan de los Morros, con su majestuosa puerta al llano, el imponente San Juan de la plaza Bolívar, los llanos venezolanos se perfilan como destino emergente prometedor de experiencias enriquecedoras para los amantes de la naturaleza y la historia. En medio de la vastedad de la geografía venezolana, los prestadores de servicios turísticos se embarcan en una misión audaz y renovadora: despertar el potencial turístico latente de la Región Llanera. 

Los esfuerzos de los prestadores de servicios turísticos se enfocan en animar este sector atrayendo a viajeros ávidos por explorar los ocultos secretos de esta enigmática región donde están ubicados los Morros de San Juan, horizonte turístico único, donde los visitantes pueden disfrutar de la belleza natural del lugar, sumergiéndose en la rica historia que puede traer consigo un intercambio cultural sin precedentes, impulsando el desarrollo económico y social de la región.

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