¿NAVIDAD SIN JESÚS?
POR: LCDA. MARLIN VILLALOBOS
HISTORIADORA
marlynyeseniavillalobo@gmail.com
En nuestra vida cotidiana, hablar de las hazañas de Jesús y su paso por la tierra, hace más de 2000 años, para unos, representa rareza, aburrimiento o simplemente fanatismo; predicar su palabra en relación a sus mandamientos, es un nuevo estilo de vida que para algunas personas significa controlar su propia forma de vivir, convirtiendo la presencia de Jesús en una molestia. Pero comercial y socialmente si quieren celebrar la navidad y es que ya todo está listo para las grandes pachangas, los bailes, los regalos, los estrenos, luces, arbolitos, pesebres, villancicos, aguinaldos, gaitas, las bebidas, la gran cena en donde se reencuentran familiares y amigos, pero ¿puede celebrarse una navidad sin Jesús? La navidad es la palabra más usada por nuestro vocabulario en todo este mes, tal vez sin saber su verdadero significado.
En este mismo orden de ideas, la palabra navidad significa nacimiento y si bien es cierto que la navidad es motivo de unión, amor y paz entre las familias y amigos, también es cierto que su centro debe ser recordar, honrar y celebrar el nacimiento o cumpleaños, pero con el cumpleañero dentro de la celebración, Jesús, quien vino al mundo para que todos nosotros estemos muy cerquita pero muy cerquita de Dios padre y tener una comunicación íntima y verdadera con él. Sin embargo, las redes sociales evidencian con tristeza que ni siquiera es una celebración familiar, sino la mejor forma para subir fotos y videos para obtener seguidores, en donde su atención no está en la unión familiar sino en los intereses de cada quien y pareciera que ya no hay tiempo para hablar del cumpleañero o proclamarlo a otros
Todo ello, trae como consecuencia, que sean menos las personas que se encuentren para dar amor, alimento y compañía a quienes más lo necesitan; muy pocos utilizan el tiempo para orar o hablar con Dios sobre sus propias actitudes y también las que han tenido hacia los demás, de lo que es bueno o lo que es malo, una celebración en donde Jesucristo no se encuentra por ningún lado y es que el homenajeado principal de la gran cena de navidad se ha quedado afuera, para ser lentamente sustituido por la figura de Santa Claus o Papa Noé.
De esta manera, la navidad pasa a ser solo una fiesta familiar como cualquier otra, en donde pueden llegar a asistir una gran cantidad de personas en los hogares y en donde el único ausente es Jesús. No estoy queriendo decir con todo lo anteriormente expuesto que está mal la cena, las luces, el arbolito, el pesebre, los regalos, la música decembrina entre otros, pues no es el objetivo de este escrito, mi único y gran propósito, es lograr a través del Dios Supremo, el cual es el único con el poder por medio de su Santo Espíritu de convencer a las personas que se sumergen en la lectura de estas líneas, de lo que está bien o esta mal, sensibilizando corazones para hacer lo correcto en cada navidad que Dios te otorgue y con ella la oportunidad de disfrutar al lado de tus seres queridos; es recordar el nacimiento de Jesús redentor, a través de nuestras acciones, abriendo en primer lugar las puertas de nuestros corazones y así como encendemos las luces con el arbolito y el pesebre en cada hogar, encender la luz de Cristo primero en tú corazón, de esta manera Jesús el cumpleañero, el motivo verdadero de esta navidad no se quedara nunca más fuera de su propia celebración y así será más fácil para ti festejar su cumpleaños, proclamando su nombre y cada una de sus proezas desde su nacimiento, muerte y resurrección, pero no nada más en este mes sino dándole cobijo a Dios y a su hijo los 365 días del año.
¡Te deseo una feliz navidad, llena del amor y la luz de Jesucristo!