POR: LCDA. MARLIN VILLALOBOS.
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HISTORIADORA.
Muchos de los padres cometemos el error de manera muy frecuente de quejarnos de las preguntas que nos hacen nuestros hijos, tales como, ¿Por qué? ¿Para qué? hasta el punto de causarnos molestia, reaccionando tal vez, siempre con las mismas expresiones de asombro ¡Esas, no son preguntas para un niño o niña de tu edad! ¡En las conversaciones de los adultos, los niños no se meten! O ¡Cuando los adultos hablan, los niños callan!
Es así, como nosotros los adultos en muchas ocasiones y la mayoría de las veces sin darnos cuenta, sentimos que esta curiosidad puede ser inapropiada, viendo como algo negativo que los niños pregunten siempre que tienen dudas. Pero la realidad puede ser que la curiosidad de los más pequeños es algo que debería motivarse, estimularse o potenciarse para que en el futuro los niños sean exitosos ¡No hay que cortar las alas a la curiosidad! Pero gocémonos como padres ya que todos esos ¿por qué? Y ¿para qué? Pueden ser de beneficios y ventajas a nuestros hijos, todo ello según un estudio publicado en Pediatric Research, cuyos resultados demuestran la importancia de la relación entre el éxito y la curiosidad.
Ahora bien, si la curiosidad en un niño es la clave para el éxito, nos hacemos una pregunta como padres ¿puede ser estimulada o es una cualidad innata? Y para responder a nuestra propia curiosidad observe las conclusiones a las que llega el estudio:
5 Claves sobre la curiosidad en los niños.
Dar forma a las mentes curiosas.
Es difícil saber si la curiosidad puede ser incentivada o no porque no hay estudios longitudinales (a lo largo del tiempo en un mismo grupo) sobre ella. Así que, al parecer, la curiosidad si puede ser fomentada, pero también puede ser coartada. Por ejemplo, el que los padres dirijan el juego libre, hace que los hijos dejen de probar cosas por si solos y eso impide que desarrollen su curiosidad y aunque resulte irónico pero verdad. A veces la mejor intención de los padres impide que a curiosidad se desarrolle.
Nuevos resultados.
El nuevo estudio también revelo que todos los niños que el estudio consideraba curiosos, consiguieron los mismos resultados académicos sin importar su condición socioeconómica. Lo que es, quizás, uno de los datos más fascinantes del estudio. Estudios anteriores habían demostrado que la proveniencia socioeconómica de un niño tenía un fuerte impacto en sus notas. Sin embargo, estos nuevos datos sugieren que esta diferencia desaparece en niños curiosos.
Un cambio en potencia.
No es la primera vez que se ha encontrado que la curiosidad tiene un impacto positivo en el comportamiento. Todo esto significa que la curiosidad tiene el potencial de traer un cambio educacional, pero ¿Cómo pueden los profesores aplicar esta información en sus clases? Permitiendo que los alumnos exploren ideas y aprendan solo lo que les interese.
Ser los primeros.
No hay que esperar que tu hijo llegue a la escuela para buscar manera de fomentar la curiosidad, dejarles jugar libremente y experimentar con las cosas. Siempre que no sea peligroso, claro está. A medid que se hacen mayores, los padres podamos responder a sus preguntas con otras preguntas, para que lleguen ellos solos la respuesta.
Mirar hacia el futuro.
Esta investigación puede ayudar a muchos niños a alcanzar su máximo potencial y dará a padres de todo el mundo una razón para sonreír cada vez que su hijo pregunte ¿por qué? ¿Para qué?
La curiosidad en los niños es innata, pero debe cuidarse desde que nacen para que tengan la capacidad de querer aprender por sí mismo, ya que la curiosidad es el primer paso para el aprendizaje de los niños. Lo anterior puede comprobarse en la palabra de Dios en Jeremías 1:5, el cual establece lo siguiente:
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Así mismo, en Jeremías 29:11 la palabra es clara en cuanto a los planes maravillosos de Dios para cada uno de nosotros, lo que hace de la curiosidad parte fundamental de esos planes:
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Por lo tanto, la curiosidad de un niño es parte de los planes maravillosos de Dios y de su propósito divino, y nosotros como adultos debemos respetar esa necesidad de exploración constante, poniendo límites en los contextos inapropiados que los puedan colocar en riesgos y a los que están a su alrededor, sin coartar esa curiosidad innata en los niños. Según expertos, para respetar esa curiosidad hay que olvidarse de frases tan dañinas para la autoestima de los pequeños como: “deja eso”, “cállate”, no te muevas”, “no toques”
Los niños comienzan a curiosear desde el momento que empiezan a ver, después a desplazarse y a explorar el mundo que los rodea. Los niños son pequeños exploradores del mundo y siempre querrán saber más y más, el papel de los adultos, no es en absoluto cortar esa curiosidad, sino más bien lograr que este interés y esta motivación no se pierda en el camino de su crecimiento.
Es importante destacar, que la curiosidad no es algo que tenga que estimularse únicamente en la escuela sino también desde el hogar resulta primordial cada día. Es así como las actividades inesperadas a los niños les gusta mucho por lo que planificar una actividad que los niños no se esperan les resulta más atractiva realizarla; así como también sentirte feliz y transmitirles esa felicidad cuando tu hijo te pregunte algo es una excelente idea porque así el sentirá que tomas en cuenta sus ideas, sus dudas o preguntas por lo que se sentirá importante como hijo, son algunas de las conclusiones arrojadas por el anterior estudio.
En este mismo orden de ideas, los niños curiosos o también denominados por los propios adultos inquietos y ocurrentes serán aquellos que desarrollaran una mejor capacidad de observación, los que aprenderán mejor la escuela y los que se sentirán motivados a seguir aprendiendo así se equivoquen, ya que verán en la equivocación ventajas en el aprendizaje; así como también los que se sentirán motivados a investigar, leer, hacer preguntas y profundizar en distintos temas.
A través de la historia han sido muchos los ejemplos de grandes personajes que han sido curiosos desde su infancia, logrando siempre conseguir el éxito por sus ocurrencias, inquietudes y curiosidades, tal es el caso del hombre más importante en la historia de toda la humanidad, Jesús de Nazaret, nuestro Salvador, a sus 12 años de edad, quien se le extravió a sus padres María y José durante tres días, encontrándolo luego en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles; maravillando a todos con sus ideas y respuestas, pues, curioseando y explorando los santos mandamientos en los negocios de su padre, en donde le era necesario estar( Lucas 2:41-49).
Aproximadamente, dos mil años después, las ocurrencias inquietantes de un niño que sus días transcurrían, explorando la libertad en sus campos, dejando libre a cuanto animalito se encontraba encerrado en una jaula o dejando sin aliento a cada persona que tenía la dicha de conocerle con sus intrépidas acciones ocurrentes, me refiero a un “Barrilito de Pólvora” como cariñosamente le llamaba su tutor Miguel José Sanz a quien más adelante se convertiría en el Libertador de América, Simón Bolívar.
Otro curioso personaje que de niño fue expulsado de la escuela por ser hiperactivo, preguntón y con déficit de atención fue Thomas Alva Edison, el inventor de la bombilla y también de más de dos mil inventos y que gracias a una madre heroica pero sobre todo segura y con mucha confianza en su hijo, lo educo desde casa, convirtiéndose en su principal motor y estímulo para hacer del éxito de Edison de adulto algo inevitable.
Con este último ejemplo se evidencia lo que podría ser la parte más importante de esta investigación, en lo que al papel de un niño curioso se refiere, y es que será obligación y responsabilidad de los padres poder potenciar esta curiosidad en todas las etapas y edades de los pequeños, no dejando de ser vigilantes y orientadores en cada experiencia curiosa, evitando que pueda llegar a perjudicar su salud física, mental y espiritual , ya que después de todo, siempre serán lo que son: NIÑOS