Jonathan Govea
Ginebra.- El riesgo que plantea globalmente la nueva variante ómicron del coronavirus es muy alto, advirtió este lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe técnico sobre esta nueva cepa del SARS-CoV-2. «Puede haber nuevas olas de COVID-19 con graves consecuencias, dependiendo de muchos factores, como el lugar donde ocurran».
La nueva variante B.1.1.529, registrada por primera vez en Botsuana, tiene 32 mutaciones en la proteína de espiga y por eso a nuestras células inmunitarias les resulta más difícil combatirla. Fue detectada también en Hong Kong, en el caso de un viajero que había estado previamente en territorio sudafricano.
Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica Sudafricana, ofreció algunos detalles de los síntomas que ha registrado sobre Ómicron. Indicó que ninguno de los pacientes de la variante sufría la pérdida del gusto o del olfato típicamente asociada al COVID-19, sino que presentaban marcadores inusuales como fatiga intensa y pulso elevado.
En declaraciones ofrecidas a The Telegraph, agregó que demás de la fatiga, las personas también sufrían dolores musculares, una tos seca o “picazón en la garganta”. «Sólo unos pocos padecían además una fiebre baja», dijo Coetzee, quien aseguró que los nuevos síntomas que había observado eran leves y que los pacientes se recuperan sin ser hospitalizados.
La médica, con más de 30 años ejerciendo su profesión su principal, manifestó que su preocupación es que la variante pueda suponer un peligro mayor para los ancianos. Según Infobae, la demografía sudafricana es muy diferente a la europea, donde ya llegó la variante. Allí sólo un 6% de la población tiene más de 65 años.
De acuerdo a una nota de Deutsche Welle, debido a estas múltiples mutaciones, esta nueva variante es más difícil de combatir para el cuerpo, porque se escabulle de la respuesta inmunitaria del organismo. Y eso podría desencadenar nuevas olas de enfermedad, aunque eso no necesariamente tenga que ocurrir.