I Hubo una vez un rey que llamó a los dos mejores jinetes de su imperio y les notificó:
– Decidí hacer una carrera y nombrar Caballero al jinete del potro ganador –
Ambos se emocionaron, pues ambos se creían ganadores. Cada uno decía tener el mejor caballo y ser el mejor jinete. Sin embargo, el Rey puso dos condiciones:
2.- Ganará el caballo que llegue de segundo, y su dueño será Caballero. Esta última condición confundió a los dos aspirantes.
Retos
En el mundo político se hacen primarias y elecciones, estas son una especie de “Carrera”.
Los aspirantes y candidatos parecen “jinetes”. Todos creen que ese potro llamado “electores” ellos pueden conducirlo con facilidad.
Pero en política los aspirantes son la mitad de la naranja, la otra mitad son los electores. Jinete y caballo se deben convertir en uno solo.
En política siempre habrá un Rey que pone normas, ya sea el CNE o la Dirección Nacional de su organización. Estas reglas son punto de honor.
Un mal político es aquel que participa, y luego, al no saber conducir su caballo, pierde y no acepta al árbitro.
Siga leyendo y le contaré como es que el Rey resolvió este problema de los jinetes y la carrera que premiaba al caballo que llegara de segundo.
Compromiso
El Rey les hizo jurar, no solo que respetarían los resultados, sino que también, no podían frenar el caballo para que este llegase de segundo y de esta manera ser ganadores.
Ante la imposibilidad de que los jinetes candidatos entendieran como ganar en estas “elecciones” tan complejas, el Rey sentenció:
Cada jinete montará el caballo de su oponente. Ganará el jinete cuyo caballo de su propiedad llegue de segundo.
1.- Los participantes deberán correr con todo el deseo de ganar y montarán los caballos con un solo objetivo: cruzar la meta primero que su oponente.
De esta manera llegó el día de la carrera. Ambos participaron con todo el deseo de cruzar la meta primero. Fue así como el jinete que logró romper la cinta de llegada, volteó la vista, miró su caballo y sonrió por ese extraño triunfo.
Lecciones
Así es la política, hay reglas, ganadores, extraños e inexplicables triunfos y escenarios donde perdiendo también se gana. Un buen líder político se adapta a los cambios y condiciones de primarias y consensos.
Darwin, el autor del libro “El origen de las especies” lo explicó con esta afirmación:
“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”
Lección
Deje de creese superman. Deje de creerse siempre el más fuerte, adáptese a los cambios, pues sino, morirá politicamente.
Las primarias asi lo demostraron, una aplanadora les pasó por encima a quienes creyéndose fuertes, no supieron interpretar al elector.
II Si yo fuera precandidato ganador
Esta semana pregunté a varios dirigentes del Psuv y de la oposición: ¿Qué harían internamente, si fuesen los abanderados para representar a su partido en las venideras elecciones del 21N?
La mayoría coincide en la palabra “unidad”.
“Convocar a todos e ir juntos a la batalla”
Sin embargo, algunos advierten que esto no puede quedarse en palabras, debe traducirse en hechos.
Que vengan las bases, pero cara a cara, pedirle a los “perdedores” que se sumen. El ganador debe dar el primer paso para demostrar su grandeza. Después de todo, él es el más interesado.
Matemática política
Si yo fuese el candidato, conformaría un comando con quienes compitieron conmigo, pues si alguien logró un respaldo muy parecido al mío, entonces es tan bueno como yo, ese lo necesito.
Si yo soy el candidato y doblé a mi adversario. Ahora lo necesito, pues este es la mitad de bueno que soy yo.
En el escenario actual, tanto la oposición como el chavismo solo podrán ganar si se mantienen unidos, fuertes y en plena estrategia de movilización y captación.
Advertencia
El ser los abanderados no significa que sean “los mejores”. Incluso, algo muy parecido les dijo el gobernador José Vásquez a sus 15 candidatos a alcaldes, durante un acto en los Baños Termales la tarde de este sábado 28 en el Salón Panorama.
Toda medición se acompaña de una reflexión. Debe haber una mea culpa, un análisis, una evaluación profunda y sincera del triunfo y de la derrota.
El ganador celebra y el perdedor lo embarga una nostalgia que dura unos días. Toca al ganador, en medio de su alegría, dar ejemplo de pedagogía política. Demostrar que es un líder: unir, sumar, impulsar y motivar.
Finalmente, también se pudiera escribir un capítulo: ¿Que haría yo si fuese un precandidato perdedor? ¿Qué me toca hacer? Es tiempo de mostrar madures política, humildad y autocritica.
En el caso del Psuv el reglamento decía las condiciones para ganar y lo que debían hacer los no ganadores. Dicho está.
III La carta del ganador
A finales del mes de julio del 2008 el Psuv realizó unas primarias nacionales para elegir a los candidatos a Gobernadores.
Willian Lara era el abanderado de los rojitos para sustituir a Eduardo Manuitt, pues este, la ley en ese momento, no le permitía otra reelección. Luego vendría la enmienda que cambiaria esta realidad.
El PPT planteó la candidatura de Lenny Manuitt, la hija del gobernador para ese momento.
En ese proceso interno se generaron fracturas y heridas. Votaron por encima de los 75 mil electores.
Lara obtuvo una victoria no muy amplia, pero victoria al fin: 35.664 votos (43,01%) contra 33.180 (40,01%). Una diferencia de 2.484 votos, 3%.
El mismo día que se conocieron los resultados, Lara redactó una comunicación dirigida a Lenny Manuitt.
Delante de varios testigos, llamó a uno de sus hombres de confianza y le encomendó la tarea.
El ganador, le envió una carta a la dama derrotada internamente. En esta, le llamaba a la unidad y la designaba su Jefa del Comando de Campaña del candidato de la Revolución.
Lenny nunca dio respuesta a la misiva. Lo demás ya es historia. Lenny lanzó su candidatura y Lara, con el respaldo del Psuv, la derrotó nuevamente con un margen un poco mayor.
El hombre al que le encomendaron la tarea de llevar la carta, fue Heddy Ramírez. A él pueden preguntar por la certeza de esta afirmación.
De Willian Lara se podrán hacer críticas, pero de su grandeza al momento de ir a las batallas electorales se pueden dar ejemplos.
Que este recuerdo sirva para la reflexión de todos los que participaron en las primarias del Psuv y quienes van a consensos en la oposición.
IV La nota impertinente
Los perdedores que piden trofeo
Los que no lograron el triunfo en las primarias del Psuv merecen respeto y consideración. Pero ni tan calvo ni con dos pelucas.
Ahora resulta que aspirantes que no lograron pasar del 30% y que fueron derrotados, se creen con derecho a pedir ser “designados a dedo” diputados del Clebg.
Que mensaje están enviando estos líderes a sus seguidores: “yo me postulé como aspirante a la alcaldía, como fui derrotado, ahora quiero ser diputado”.
Con que derecho alguien que supuestamente tenía un “gran liderazgo” y no logró respaldo, ahora viene a pedir premios:
Se murió la humildad y floreció la semilla de la prepotencia.
Otros van más allá y le piden al partido que los metan en el Equipo Político Regional, como si fueran una especia de “Senadores vitalicios”.
Activistas formados en la fábrica de mounstricos. Alguien les hizo creer que eran líderes. Alguien les hizo creer que podían ser alcaldes o gobernadores. Luego de la derrota no viene el reconocimiento de esta ni la evaluación de resultados.
Resulta que ahora se graban videos exigiendo a lo macho lo que no pudieron ganarse a lo mucho.
Carajo, estos pichones nada les cuesta decir ante las cámaras nueve palabras:
“Compañeros, por ahora, los objetivos no fueron logrado, perdí…”
Orlando Medina Bencomo / El Tubazo Digital