A muchas mujeres nos ha tocado enfrentar el tema de la maternidad, solas, algunas más que otras. Papá a veces está y otras no, pero con o sin ellos, los niños crecen. ¿Y qué pasa con ellos mientras crecen? Déjame que te cuente papá…
Al principio te idolatran, te extrañan, hablan de ti y te recuerdan. Mientras crecen papá, pueden incluso culpar a mamá de que no estén juntos, te ven como un héroe porque cuando apareces, los cuentos que inventas los haces tan reales que ellos, los niños, terminan por tenerte compasión, y expresan: ¡Pobre papá, no pudo llamar antes!
En ese proceso no piensan que no te interesa hablarles, ni que no te importa nada de lo que suceda con su vida, solo creen en su inocencia, que estás demasiado ocupado. Y los momentos que comparten contigo, si es que sucede, los atesoran en lo más profundo... entonces dicen: Mi papá, es el mejor papá del mundo.
Y mamá siente una estaca en el pecho. ¡Qué calificativo tan grande! Suspira y se muerde la boca para no contradecir... porque siempre nos dicen: No le hables mal de su papá. Y a una, no le queda de otra que asumirlo.
Si supieras papá... Si supieras que ni siquiera esas 4 letras mereces, que te queda grande el título. Si se le pudiera decir que no le amas y no porque ellos no lo merezcan, es porque tú eres incapaz de amar.
Después con el tiempo, se van dando cuenta que tus ausencias son excusas y ahí se tiñe de tristeza su vida, porque entienden que no los amas, que no llamas porque no quieres, que no visitas porque no quieres. Algunos corren la suerte de tener otros padres, esa figura masculina que suple tu ausencia, otros no. Y mamá, aunque quiera, jamás podrá compensar tu falta.
Pero entonces mamá que se moría de ganas para que él notara tu desdén, en el momento en que por su propia cuenta lo notan y son capaces de expresar: No mamá, mi papá no me ama, si fuese así estuviera más... En ese momento, nos toca mentir, tratando de sonar convincentes, no por salvarte el pellejo, es para salvar su autoestima, sus emociones, para que no se sienta abandonado, dejado, desplazado. Y entonces le decimos: Si te ama hijo, a su manera, pero está ocupado.
Qué ironía como se voltea la tortilla.
Permíteme que te cuente… Ser papá no es engendrar niños. Implica responsabilidad: moral, emocional, económica; también madurez, tener los pantalones puestos, tener conciencia, es tratar de ser mejor porque alguien, así sea de lejos, te observa y te copia. Implica sacrificio y sobre todo amor.
Ojalá pudieras hacer un mejor trabajo y te ganaras el título de papá, ahora que tienes tiempo. Porque cuando los niños crezcan, será demasiado tarde.
Keimary Ruiz H. / Periodista