Deisy Viana
#DéjameContarte
que algo es "falso" cuando no es "verdadero"; la falsedad
puede definirse como falta de verdad, autenticidad o sinceridad. Cuando se
observa el accionar cotidiano puede apreciarse a mucha gente que vive en busca
de verdades, mientras otros andan por ahí "aparentando verdades",
algunos simplemente las ignoran cayendo en el autoengaño, pero lamentablemente
a quién diga la verdad le apuntará el dedo del señalamiento con su respectiva
"etiqueta" para someterle a juicio y escarnio, igual como ha sucedido
durante toda la historia con quienes han tenido el coraje de llamar al pan pan
y al vino, vino sin medias tintas.
La falsedad se pasea por todos los ámbitos del quehacer social, convive en medio nuestro y pasa desapercibida como si fuera parte de la cotidianidad, disfraza al orgullo de FALSA MODESTIA como estrategia para llamar la atención sobre determinadas cualidades, pero intentando siempre esconder el ego, valiéndose de manipulaciones emocionales para alcanzar sus fines. Así se demuestra la capacidad de parecer, falsamente, "tímidos y buenos
"mientras se evidencia públicamente lo buena gente que se es; una metodología bastante trillada por practicantes del proselitismo político partidista de cualquier tendencia a nivel mundial. Para Freud sería la especialización en "excusaciones non petitae" las cuales significan exactamente lo que se quiere negar, dicho según el argot popular: "Dime de qué pregonas y te diré de qué careces".
De igual manera
la FALSA HUMILDAD que se manifiesta
en quienes hacen "grandes cosas" y "extraordinarias
labores" pero por casualidad siempre hay un lente de alguna cámara lista
para la fotografía o para filmar el hecho desde el ángulo más deprimente para
provocar un sismo emocional en quienes observen las imágenes del humilde
protagonista, que luego adornará sus acciones con las frases: "lo hago de
corazón", "no fue nada", "yo soy así, una persona humilde y
preocupada por el bienestar de los demás", "lo hago sin
interés", "crean en mi"... ¡Una mezcla de falacia, soberbia y
altivez!
Estas acciones
conllevan al FALSO AGRADECIMIENTO
utilizado para alimentar el ego de quienes aplauden sin mirar las
intenciones ocultas de la persona manipuladora que aunque sus actitudes sean
denigrantes pueden ser sutilmente útiles para favorecer lo que desea aparentar,
ya que tiende a provocar sensación de bienestar, heroísmo y bondad.
Es entonces
cuando florece el FALSO ALTRUISMO, comprendiendo que éste término en el campo
de la psicología está estrechamente ligado a la ÉTICA y a la MORAL, es un valor
que debería ser practicado como parte de la naturaleza humana en el interés
común de la subsistencia y el bienestar colectivo para lo que no hace falta la
intervención del capitán américa y ningún héroe ficticio con o sin capa que
humildemente haga el bien para llevarse los aplausos.
El DESINTERÉS ES
FALSO, toda acción lleva implícita en sí misma un motivo, un deseo que genere
"satisfacción", bien sea una palmada en el hombro que suba la
autoestima, cualquier adulación que engorde el EGO, mejorar las condiciones
económicas, escalar en la jerarquía de los estratos sociales a través del
reconocimiento público, posicionarse en el medio político para abanderarse con
un cargo de elección popular o simplemente demostrar que los demás son incapaces
porque no saben lo que hacen o no saben hacerlo; la lista de motivaciones
pudiera ser interminable.
La falsedad
arropa el significado que se pueda atribuir a la verdad aunque ésta sea
exactamente lo contrario, pero exista una condición de negación para aceptar y
digerir la realidad de manera objetiva, lo cual solo se logra respondiendo a
preguntas como ¿quién se beneficia realmente con estas "humildes
acciones"?, ¿Por qué hacer pública tanta modestia? ¿Es una labor de
gestión o de vocación? La verdad siempre será subjetiva para quienes no sean
capaces de poner en una balanza el peso de las consecuencias de las acciones;
para aquellos que defienden su "propia verdad" no les importará
volver a cortarle la cabeza
a Juan el Bautista,
volver a crucificar a Jesús el Nazareno por sacar a los mercaderes del
templo, llamar hipócritas a escribas y fariseos
de la época; o volver a traicionar a Bolívar, la lista de personajes es
extensa, demostrando que ciertamente para las mayorías es mejor lo dulce y
superficial de lo falso, que el ardor de una verdad con el poder de hacernos
libres, libres de manipulaciones, de falta de sentido común, de egoísmo,
narcisismo, falta de ética, moral y vocación de servicio. Como decía Nicolás
Maquiavelo: "Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”