Unidos contra Covid-19
Deisy Viana
Además, ante los
riesgos de una arremetida por Covid-19, se han retomado las medidas de prevención
y la psiquis social ha respondido a dichos llamados de alerta ante la pandemia
que asedia al mundo entero, instituciones públicas y privadas unifican esfuerzos
para frenar los contagios y resguardar las vidas de la ciudadanía,
comprendiendo que esta pandemia no respeta condiciones sociales, profesionales,
cargos, posición económica o política; un mal que nos ha recordado que todos y
todas somos iguales.
En cuanto al
ámbito nacional, se han tomado las acciones pertinentes al respecto, pero en lo
que se refiere a la economía, ésta continúa siendo movida por los hilos
invisibles del "dólar paralelo" que devastadoramente sigue supra
devaluando nuestro bolívar, promoviendo la usura y la especulación sin que
alguien le ponga el cascabel al gato.
Aunque como
término, "la usura" es asociada a valores morales, más que
financieros o económicos, debe quedar claro su enfoque como un abuso de
la posición dominante que ejerce el prestamista, vendedor o prestador
de un servicio al recibir altas sumas de dinero por encima de lo racionalmente
lógico; por lo que implica una acción además de ilegal, inhumana y socialmente
reprochable; que evolucionó con la llegada del liberalismo; pero que a lo largo de la historia diversas culturas y
religiones la han rechazado de forma contundente al considerarla un delito.
De manera
incontrolable los precios de productos y servicios varían dos veces al día,
siempre con tendencia a la alza, la gente está "normalizando"
estas acciones que tanto daño causan a la sociedad; lo que conlleva el aumento
de la pobreza, incremento de los índices delictivos, disfuncionalidad familiar,
migraciones masivas y demás problemas sociales. En las calles sólo se habla de
divisas norteamericanas y hasta los niños esperan que el ratoncito Pérez les
traiga un dólar a cambio de su diente de leche.
El perjuicio a nuestra escala de valores es implacable, la gente está susceptible, intolerante, cansada, estirando un salario completamente desfasado de la realidad y a la espera de una ayuda social recibida mediante bonos devaluados, lo que indica que este complejo fenómeno diluye cualquier esfuerzo del Estado para paliar la situación, ya que el poder de la especulación así como de la usura desmedida y descarada por parte de vendedores y comerciantes guiados por la página criminal no incitan solamente a la devaluación de nuestra moneda oficial, sino a la del mismo dólar.
Hay que
"aguantar la pela" por la valorización sin sustento de la divisa que
hacen desde dicha página en la red, aunado a los aumentos en dólares por parte
de los usureros; es decir, un artículo que hoy te cuesta 10 $ mañana vale 12$
sin argumentación lógica. Sin contar las transacciones grotescas de
intercambio, donde gente inescrupulosa vende dicha moneda al doble del costo
porque ya los comerciantes exigen el pago en divisa de contado, o sea, ¡sólo
cash!
¿Cómo es posible
cerrar las cuentas en redes sociales de un presidente y no se puede cerrar la
página que dirige nuestra economía al más profundo abismo?
Se puede hacer
cumplir la cuarentena, pero ¿Quién aplica las sanciones por incumplimiento
de leyes y ordenanzas que regulan los precios? ¡Parece que nadie puede!
Salir a la calle
cada día implica pasearse por una gigantesca brecha de desigualdad y
diferenciación social, están los que les sobra, los que tienen, los que no les
alcanza, y los que no tienen nada; hoy más que nunca hace falta justicia social
contra las mentes perversas y manos criminales que nos socavan la economía
así como nuestra idiosincrasia y los valores éticos que nos caracterizan por
ser solidarios, dispuestos a servir y a dar.
Parafraseando el
versículo 12 del capítulo 22 del libro bíblico de Ezequiel, el cual fue escrito
en una época en la que el pueblo caminó por generaciones sobre el filo de la
navaja del sufrimiento; el mensaje para los usureros de la época fue tajante y
su delito comparado con el de homicidio: "Hay también quienes derraman
sangre por dinero; cobran interés y usura, defraudando al prójimo con
violencia porque se olvidaron de Dios" Entonces, así como nos unimos
contra la Covid-19, ¿cuándo nos uniremos contra los homicidas de la
especulación y la usura?.