¿Hambre de Poder o Autodestrucción?
Por: Deisy Viana
#DéjameContarte
Que ellos
inventaron el dinero para facilitar los intercambios comerciales y convivir más
justa y equitativamente; pero entonces se les enfermó el alma y sus riquezas
dejaron de ser la naturaleza, el fruto de la tierra y la paz para ser sustituidas
por la cantidad de posesiones y dinero acumulado.
Se valían de
cualquier cosa para obtenerla, tanto del trabajo honrado como de los actos de
corrupción más descarados en todos sus niveles, desde la usura descarada entre
vecinos hasta la explotación masiva salvaje e inhumana.
Así nacieron el poder
económico y los poderosos para regir la vida de las personas dominando
naciones; explotaron sus recursos naturales, contaminaron el aire, ríos, mares
y mentes, enfermaron a la gente; a todo le pusieron precio, a las conciencias,
a la moral, la dignidad, la salud, al hambre de la gente y a la misma.
Simples mortales
que se olvidaron del amor, ególatras de carne y hueso ansiosos de poder y ser
dueños de las riquezas, de la grandeza de un mundo que no es más que una
partícula de polvo en el universo y ellos, el virus que la socava.
Según H. Dubric "Cuando los negocios son el centro de gravedad y manejan el espacio psicológico de cualquier individuo, nace el bribón, el hombre sin escrúpulos, capaz de dejar en la calle a cualquiera con tal de alcanzar sus propios objetivos y se revisten del prestigio, de la posición que les otorga el dinero".
Esta es la
conducta de quienes magnifican el supuesto poder que puede llegar a otorgar el
dinero, poder movido por la ambición que desnutre las mentes, pudre las
conciencias, mata el espíritu, despierta el apetito del ego y guía los hilos
que mueven la sociedad.
Así, una persona
común y corriente puede aspirar amplias ganancias al robar a su semejante a
través de la usura y la especulación, mientras otro puede creerse el dueño del
mundo al anhelar sus riquezas aunque para ello tenga que engañar, amenazar,
extorsionar, asfixiar hasta doblegar.
Es evidente que
ese interés económico es la fuerza que viene sepultando los valores éticos y
morales que nos pueden ayudar a coexistir en medio de nuestras diferencias en
este hogar llamado planeta tierra, que en cualquier momento alguien le colgará
una etiqueta que diga: “propiedad privada”, entonces los nauseabundos
ambiciosos se pelearán por apoderarse hasta de la etiqueta.
Tal como está
como está escrito en el libro de la sabiduría: "Los que quieren
enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos
deseos". Estos afanes insensatos y dañinos que se manifiestan en todos los
niveles de la sociedad maquillados de buenos deseos para los demás pero que
realmente están envueltos en el egoísta "derecho" a ganar más a costa
de quién sea, de poseer poder a fuerza de engaños; generan un desequilibrio
general que hunde a la gente en la ruina del desamor, la desmotivación, la
falta de fe y esperanzas para encaminarlos hacia un abismo sin salida que
pareciera no tener retorno; entonces, ¿vale la pena que la humanidad se
autodestruya arrastrada por sus ambiciones?