Caracas, 04 Ene. AVN.-
La criminal política de bloquear todo tipo de relaciones económicas del Estado venezolano con el resto del mundo, una de cuyas facetas son las sanciones financieras y operacionales a cualquier banco o empresa que negocie con PDVSA, afecta con recurrencia el suministro a la población de gasolina y otros productos generados por la industria.
El informe Jurídico emanado por la estatal apunta que las medidas han obsaculizado los negocios en marcha, pues limitan y hasta impiden que el plantel refinador de PDVSA reciba recursos en bolívares y divisas demandadas para la ejecución de los planes operacionales, inversiones y mantenimiento de las refinerías.
La política de impedir el normal funcionamiento de la industria, que incluye a las refinerías, además del sufrimiento causado a la población, ha estado acompañada del despojo de bienes de PDVSA, cuyos daños materiales y monetarios se han estimado en aproximadamente 137.000 millones de dólares.
La enorme cifra, equivalente a 17 veces el monto de las reservas internacionales del país, incluyen 30.000 millones de dólares en activos petroleros y 7.000 millones bloqueados y confiscados.
“La prohibición de operaciones financieras como la emisión de bonos de PDVSA, ha ocasionado la visible pérdida de oportunidades para desarrollar operaciones productivas y financiar negocios en marcha”, apunta un informe de 2018.
Uno de los problemas ocasionados por las sanciones es la dificultad y hasta imposibilidad para la consecución de repuestos y equipos y nuevas tecnologías para las tareas de mantenimiento y actualización de las refinerías. La estrechez hace lenta la puesta en operación de los complejos refinadores, con el consecuente suministro irregular de gasolina a las Estaciones de Servicio del país.
Ante la acción criminal de las sanciones, el Estado venezolano se ha visto en la necesidad de importar gasolina desde países lejanos, mediante empresas navieras que elevan sus costos por causa de la exposición a las sanciones.
La importación del combustible de países lejanos añade una mayor exposición a cambios climáticos que retrasan la entrega del combustible, así como de los equipos, repuestos y aditivos indispensable para la producción nacional de gasolina.