Pekín rechazó dar visado al delegado del presidente interino, Ricardo Hausmann, para participar en la asamblea que se iba a celebrar en la ciudad de Chengdu
La negativa de China, uno de los pocos aliados internacionales del Gobierno del presidente ilegítimo de Venezuela, Nicolás Maduro, a otorgar el permiso a Hausmann fue la gota que colmó el vaso para que el BID anulase este viernes el encuentro anual, a una semana de su teórica celebración.
El directorio del BID, con sede en Washington, y la Corporación Interamericana de Inversiones (BID Invest) «aprobaron (ayer) una resolución por la que la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores de ambas instituciones no se llevará a cabo en Chengdu (China)».
La presión del Gobierno estadounidense para que la suspensión ocurriese fue abanderada por el vicepresidente, Mike Pence, que criticó en un artículo la decisión de Pekín de no otorgar el visado a Hausmann y acusó al gigante asiático de «minar el avance de la democracia» en Venezuela.
«Es la primera vez en la historia del banco que una nación anfitriona (de la reunión anual) rechaza a uno de los miembros», dijo Pence en un artículo publicado en el diario « The Miami Herald», al señalar que Hausmann no podrá asistir como «representante legítimo» de Venezuela.
Así, la que se esperaba que fuera una reunión de rutina dentro del cronograma de la entidad multilateral terminó salpicada por la crisis venezolana, que ha dividido a Pekín y Washington por su respaldo respectivo al Gobierno de Maduro y a Guaidó, quien el pasado 23 de enero se proclamó presidente interino.
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