Corresponsalía Caracas
Prensa Minería
Karina Depablos.-
El ministro del Poder Popular
para la Cultura, Ernesto Villegas, aseguró que la extrema atención mundial
sobre las riquezas naturales de Venezuela requiere de la aplicación de
políticas gubernamentales eficaces y contundentes como el decreto de la Zona de
Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco (AMO).
“La producción minera es un paso
adelante; el que nosotros como país, como nación soberana, normemos la
explotación de esos recursos, de manera armónica con la naturaleza, es un deber
y una obligación. No puede ser que, en nombre del carácter sagrado, sacrosanto
de nuestras reservas en oro, nosotros dejemos ese extenso territorio donde se
producen estos minerales, al libre albedrío de quienes decidan —sin atender
ningún tipo de normativa, sin atender ningún tipo de procedimiento científico—
explotar devastadoramente esas riquezas”, expresó.
Durante su participación en el
programa radiofónico En la bulla, el titular de la cartera de
Cultura señaló que, en cualquier lugar del mundo donde haya explotación minera,
debe haber delimitación de unas áreas determinadas, bajo normas y estrictos
procedimientos que permitan aprovechar la riqueza natural sin dañar la Tierra,
el país y el patrimonio de las futuras generaciones.
“La delimitación de áreas específicas
para uso minero, en el territorio venezolano, dentro de normas determinadas; y
la exclusión de la actividad minera de áreas no permitidas es un paso lógico y
sano para cualquier nación, no solamente para Venezuela. Deben existir unas
normas de draconiano cumplimiento, y donde no esté autorizada la minería debe
haber aplicación de la ley para impedir que la explotación indiscriminada
termine dañando nuestra naturaleza”, destacó.
Del mismo modo, el reconocido
periodista Ernesto Villegas reconoció que, aunque la minería es un tema
polémico, hay ciertas incongruencias en algunos detractores que atacan el
proyecto del Arco del Orinoco, puesto que cuestionan implacablemente los
esfuerzos por ordenar esta actividad económica, “pero no pierden la oportunidad
de adquirir, por ejemplo, teléfonos celulares de alta gama que poseen
componentes fabricados con minerales”.
“Hay preocupaciones genuinas y
legítimas que debemos discutir y aceptar, pero hay otras que tienen
intencionalidad política. ¡‘Casualmente’, ahora, los gringos se preocupan por
la explotación de oro en Venezuela, y establecen sanciones al oro venezolano!
¿¡Qué raro, no!? Nunca les había preocupado eso, pero ahora sí se preocupan.
Ahora, la diferencia es que es una vía que tiene Venezuela para obtener
recursos y enfrentar el bloqueo imperial”, expresó.
Comentó que el interés que hay detrás
de muchas de esas campañas de desprestigio en contra del Arco Minero del
Orinoco es ahogar financieramente a Venezuela. Para Villegas, por parte de
algunos sectores, no hay interés genuino por cuidar la naturaleza, “solo desean
ampliar y desplegar los centros de poder político y económico mundial”.
“El Gobierno Bolivariano
trabaja por la preservación de la vida humana en el planeta y, en este país, se
requiere de ingresos por distintas dinámicas económicas. Así, debe haber un
equilibrio entre las necesidades de generar recursos para el país y preservar
la naturaleza y el territorio para el futuro de las generaciones. Hay que
combatir con todas las fuerzas la minería ilegal que desangra al país y no
respeta al ambiente; y la minería legal hay que normarla de manera draconiana
para que esta atienda a los intereses venezolanos”, enfatizó Villegas.
Del mismo modo, el ministro para la
Cultura reiteró que la mayor riqueza de Venezuela no está en los lingotes de
oro, ni en barriles de petróleo, sino en su gente y su cultura.
“Por eso debemos poner por delante
las expresiones culturales de Venezuela. Nuestro país es mucho más que
petróleo, que lingotes de oro, es mucho más que un paisaje turístico. Nuestros
paisajes sí son hermosos, pero nada como un venezolano o venezolana; el trato
del pueblo, cualquiera puede ver un paisaje en cualquier parte del mundo, pero
nada como un venezolano. Nuestra verdadera riqueza está en nuestros pueblos,
más allá de las dinámicas económicas que vivimos actualmente”, concluyó.