ÚN.- El papa Francisco proclamó este domingo a siete nuevos santos de la iglesia católica, entre ellos, Pablo VI y al monseñor Óscar Arnulfo Romero, en la Plaza San Pedro, ubicada en Roma, Italia.
Empuñando la férula papal utilizada en vida por Pablo VI y ataviado
con el cíngolo ensangrentado que portaba el obispo mártir salvadoreño
cuando fue asesinado hace 38 años, Francisco se dirigió al estrado
ubicado junto a la entrada principal de la basílica de San Pedro, desde
donde pronunció la fórmula de canonización, según reseña Prensa Latina
en su página web.
Asimismo, entraron al santoral católico los sacerdotes diocesanos Francisco Spinelli (1853-1913) y Vincenzo Romano (1751-1831), las vírgenes María Caterina Kasper (1820-1898), y Nazaria Ignazia de Santa Teresa de Jesús March Mesa (1889-1943), además del laico Nuncio Sulprizio (1817-1836).
En la homilía que asistieron más de miles feligreses, Francisco se
refirió a los exaltados, en especial a Pablo VI, a quien definió como
profeta de una iglesia extrovertida que mira lejos y presta atención a
los pobres y añadió que ‘en medio del cansancio y las incomprensiones,
demostró en modo apasionado la belleza y alegría de seguir totalmente a
Jesús.
“Hoy nos exhorta otra vez, junto al Concilio del cual fue sabio
timonel, a vivir nuestra vocación común: la vocación universal de la
santidad”, señaló.
El obispo de roma resaltó que monseñor Romero ” dejó la seguridad del
mundo incluso la propia, para dar la vida según el Evangelio, cerca de
los pobres y de su gente”.
En la ceremonia litúrgica participaron los 267 padres sinodales que
asisten al Sínodo de Obispos dedicado a la juventud, el cual sesionará
aquí hasta el próximo día 28, además de delegaciones gubernamentales y
estatales de Italia, España, El Salvador, Chile, Panamá y Francia.
7.000 salvadoreños viajaron al Vaticano
De acuerdo a un reporte de Telesur, al menos 7.000 salvadoreños
viajaron al Vaticano para presenciar el acto de canonización de San
Arnulfo Romero.
En El Salvador, el ahora San Arnulfo Romero es considerado desde el
momento de su asesinado, un mártir y convertido en santo por creencia
popular, por su entrega en vida a las causas justas de los pobres y de
los más necesitados. Desde su muerte una parte de la población
salvadoreña le atribuye actos milagrosos.
San Arnulfo Romero fue asesinado en 1980, cuando oficiaba una misa.
Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, en 1993,
responsabilizó a los escuadrones de la muerte dirigidos por el coronel
Roberto D’Aubuisson.
Sin embargo, una ley de amnistía de 1993, impidió abrir cualquier
proceso en su contra. Algunos militares implicados en el asesinato son:
Alberto Saravia, Eduardo Ávila, Fernando Sagrera, Mario Molina, entre
otros.
San Romero, beatificado en mayo de 2015, levantó su voz dentro del
movimiento popular para exigir un alto a la represión y, a la vez,
denunció el sistema económico que condenaba a la miseria a miles de
generaciones en su país.