Artículo de Edgardo Ramírez
Político y diplomático venezolano. Fue embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba.
La confrontación histórica y antagónica es que los imperialistas
yanquis quieren con la explotación, el robo y el sometimiento imponernos
el capitalismo versus los bolivarianos chavistas queremos ser libres y
soberanos con la economía que garantice el socialismo con la
participación y trabajo creador del pueblo.
Ni Obama, Ni Trump se imaginaron que el compañero Nicolás Maduro
finalizara su primer mandato constitucional; menos aún que tenga la
primera opción para su reelección presidencial el próximo domingo 20 de
mayo; a pesar de la Guerra de Cuarta Generación y de la infame guerra
económica contra el pueblo de Venezuela.
En este contexto, la nueva doctrina de seguridad “Primero Estados
Unidos” de Trump es muy peligrosa porque la potencia militar más
poderosa del mundo impone “preservar la paz con la guerra” en el teatro
de operaciones del planeta Tierra; sin apego a las normas del derecho
internacional público, usando el presupuesto militar récord de más de
700 mil millones de dólares y sancionando a los gobiernos de Rusia,
China, Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, entre otros. Además de
seguir los bombardeos en Siria y Afganistán en apoyo a los terroristas
de ISIS. Así como el cobarde respaldo al Estado sionista que asesina al
pueblo palestino.
Otra arista de la doctrina de seguridad es “fortalecer la influencia
estadounidense en la región”, para ello cuenta con los pitiyanquis de
Santos, Macri, Temer, Piñera, Nieto, Varela, Cartes, Morales, Hernández,
Granger y Almagro. Más los obsesionados racista de Rajoy, Macron y de
la Unión Europea, que ejercen el bloqueo financiero, el soborno y la
diplomacia de la mentira, para derrocar a Maduro e impedir la llegada de
alimentos y medicinas para el pueblo venezolano.
El pueblo bolivariano de Venezuela afrontará con dignidad y
determinación el derecho de ser libre, independiente y soberano, el
próximo domingo 20 de mayo. Una vez más derrotaremos a la devastadora
guerra económica que busca entronizar el odio y la violencia entre los
venezolanos a fin de intervenir militarmente para robar y consumir los
recursos naturales estratégicos, como el petróleo.
El contrabando, el acaparamiento (escasez) y la liberación de los
precios de los productos por la inflación inducida semanal, por parte de
los que controlan la cadena de comercialización: los importadores,
comerciantes y distribuidores capitalistas; disminuyen la alimentación y
los tratamientos médicos de la población con el fin de generar entre
los venezolanos, el odio, la violencia, la desmoralización y el rechazo
al proyecto bolivariano socialista del Comandante Chávez.
La espiritualidad pacífica y la digna resistencia estoica del pueblo
han sido superiores; no habido ni habrá guerra fratricida. La unión y
las fuerzas creadoras de la mayoría de los venezolanos son las bases
para la contraofensiva productiva.
La causa estructural es que no acaba de morir la espiritualidad y el
desarrollo de la sociedad capitalista, ya que todavía está presente la
raíz de la explotación de la vieja sociedad en el desempeño de la
economía y de las relaciones sociales.
El 20 de mayo votaremos por el compañero presidente Nicolás Maduro.
La razón esencial es la edificación de la sociedad socialista que
erradique la explotación del trabajo con el propósito de restablecer
gradualmente y progresivamente la cultura del trabajo creador,
productivo y eficiente que reemplace el rentismo petrolero.
El pueblo de Venezuela no se ha rendido frente a los decretos
injerencistas de Obama y Trump y frente a la impuesta crisis económica.
Los últimos cuatro años han sido muy duros y sabemos que después de la
victoria del chavismo el 20 de mayo continuará la agresión criminal de
los imperialistas con el apoyo de los traidores y de la derecha
pitiyanqui de la región.
Por encima de las agresiones vamos a recurrir a la espiritualidad
creadora y a la práctica revolucionaria para motivar al logro de nuestro
principal reto que es la nueva economía socialista comunal. El espíritu
y la praxis del ejemplo en el trabajo, la organización del pueblo civil
y militar, la perseverancia de materializar las ideas, la solidaridad
del intercambio y la planificación con el control eficiente; que
destacaba el Comandante Ernesto Che Guevara frente al bloqueo de los
imperialistas plantea la estrategia y el reto de vincular el socialismo
con la nueva economía “Y el proceso de construcción del socialismo, es
el proceso de desarrollo de toda nuestra producción (1963)”. Igualmente,
la vigencia del espíritu de El Libertador Simón Bolívar frente a la
corrupción del erario en plena guerra contra el imperio de España, es
indispensable para vincular la política con la economía en los
revolucionarios, en los trabajadores, en el pueblo y en los funcionarios
de Estado: “La mejor política es la honradez”.
La unión cívica militar, la planificación, la cultura del trabajo, la
agricultura productiva, la industria diversificada, la ciencia y la
tecnología emancipadora, la honestidad y el control de la contabilidad;
son objetivos vitales para garantizar el desarrollo de las fuerzas
productivas en las relaciones de producción socialistas y comunal, esta
es la única garantía de frenar el tamaño de cualquier injerencia
imperialista y a su vez, satisfacer las necesidades de la población y
dar uso soberano a los recursos naturales estratégicos.
Ratifiquemos este 20 de mayo nuestro compromiso votando por el
compañero presidente Nicolás Maduro porque es nuestro compromiso por la
paz, la soberanía, la independencia, la economía productiva y el amor a
la patria bolivariana, que están enarbolados en la Constitución
Bolivariana, en el Plan de la Patria 2013-2019 y el Plan de la Patria
2019-2025, en los 15 motores productivos de la economía, y en las Leyes
Orgánicas de las comunas y del sistema económico comunal.
¡Hasta la Victoria Siempre!